Nazar Yasnytskyy, violín. Michael Leifer, viola. Luiza Nancu, violonchelo. Juan Ronda, flauta. Daniela Iolkicheva, arpa. Programa: Serenata Op.30 de Roussel; Quinteto de Rota; Quinteto instrumental de Villa-Lobos; Suite de Tournier. Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, 26 mayo 2013
Cada uno de los conciertos de cámara propuestos por la Sinfónica, este año gracias al patrocinio de Richard Johnson y su English Language Institute, han tenido un aroma distinto a través de programas muy singulares que nos han paseado por el Barroco, la música contemporánea, el romanticismo de Schubert, el Clasicismo y ahora la primera mitad del S. XX a través de la particular e imaginativa formación de quinteto con arpa.
La música de Albert Roussel está imbuida de naturaleza y espiritualidad, con amplias frases melódicas y extravagantes incursiones en la politonalidad que los cinco intérpretes salvaron con exigencia y profesionalidad. Muchos son los compositores de cine que han intentado abrirse camino en las salas de concierto; Rota, autor de las bandas sonoras de Fellini y El padrino, lo consiguió y de hecho la próxima semana escucharemos su Concierto Soirée en la sala grande del Maestranza. Su Quinteto, en esta ocasión con el oboe sustituido por el violín, se revela como un apacible y delicado pastoral de aires renacentistas que en manos del conjunto sonó apropiadamente relajado y muy equilibrado.
El Quinteto Instrumental de Villa-Lobos conjuga música étnica y occidental en un ejercicio de elaborado contrapunto en el que resaltan los arabescos en flauta y arpa, excelentemente defendidos por Juan Ronda y Daniela Iolkicheva, que además ejercieron de maestros de ceremonia, si bien ella se reveló tan delicada hablando (no se le oía) como tocando. La rica textura de la Suite de Marcel Tournier encontró también una respuesta poética, compacta y segura en los cinco compenetrados músicos.
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