Japón 2013 120 min.
Guión y dirección Hirokazu Koreeda Fotografía Mikiya Takimoto Intérpretes Masaharu Fukuyama, Machiko Ono, Yôko Maki, Rirî Furankî, Jun Fubuki, Shôgen Hwang, Kirin Kiki, Jun Kunimura, Megumi Morisaki, Isao Natsuyagi Estreno en España 29 noviembre 2013
Prácticamente toda la filmografía de Hirokazu Koreeda gira en torno a la familia, con un especial énfasis en los niños y sus vivencias dentro de un entorno social y cultural muy en consonancia con las familias en las que les ha tocado vivir. Nadie sabe y Kisei (Milagro) trataban específicamente de este tema, y ésta lo hace de nuevo pero planteando un dilema tan trágico como esclarecedor. Se trata de la responsabilidad de la paternidad en sentido estricto. El dilema llega en forma de dos niños confundidos al nacer y entregados a familias equivocadas, un accidente que se descubre cuando los pequeños han cumplido cinco años y se han acomodado a sus entornos. Surge naturalmente para los padres un auténtico calvario moral y afectivo, por cuanto no saben a qué dar mayor prioridad, si a la sangre o al afecto. Al realizador de Still Walking el nudo sirve para poner en tela de juicio varios aspectos. Por un lado tenemos al protagonista de la escena, un joven arquitecto absorbido por su trabajo, que ha infringido a su hijo un sentido de la responsabilidad inusual para su edad, pero que le dedica poco tiempo para conocerlo, jugar con él y no dejar pasar de largo esa maravillosa edad infantil. Esta trágica equivocación y su confrontación con una familia mucho más humilde pero más volcada en la felicidad de sus hijos, le provocará toda una lección de vida y le permitirá ver las cosas quizás de otra manera. La esposa sin embargo se revela mucho más preparada y decidida para afrontar no sin dolor este enrevesado problema, lo que trasluce una estructura de género tan anquilosada como la que estamos acostumbrados a ver en nuestra cultura como germen de ese machismo tan enraizado, pues el hombre se preocupa más por el éxito profesional, extensible también a la prole, mientras ella lidia mejor con los problemas domésticos y los afectos familiares. Y todo eso Koreeda nos lo cuenta con elegancia formal y contención dramática y sentimental; lástima que sin embargo invierta demasiado tiempo, provocando cierto hastío con una historia sin embargo tan emotiva como atractiva. Algo más de concisión le hubiera venido bien. Dicen que a Spielberg le ha conmovido tanto que ya piensa en dirigir el remake americano, seguro que mucho más lacrimógeno, pero también más entretenido. Premio del Jurado en Cannes y mejor película en Londres.
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