USA 2013 117 min.
Dirección Ridley Scott Guión Cormac McCarthy Fotografía Dariusz Wolski Música Daniel Pemberton Intérpretes Michael Fassbender, Cameron Díaz, Javier Bardem, Brad Pitt, Penélope Cruz, Bruno Ganz, Rubén Blades, Rosie Pérez, Edgar Ramírez, John Leguizamo, Sam Spruell, Toby Kebbell, Gianina Facio, Natalie Dormer, Goran Visnjic Estreno en España 29 noviembre 2013
Michael Fassbender no es un consejero, tal como reza el desafortunado título español de la última cinta de Ridley Scott; interpreta a un abogado, traducción más adecuada del término counselor, y que como tal se apela continuamente a su personaje sin nombre en la versión doblada del film. Una producción que cuenta con tres alicientes fundamentales: el mejor reparto del año, un director irregular pero atractivo, y el primer guión cinematográfico del reputado novelista norteamericano Cormac McCarthy. Curiosamente de su mano han afianzado su imparable carrera en Estados Unidos Penélope Cruz y Javier Bardem. La primera protagonizó a comienzos de su periplo allí la adaptación de Todos los caballos bellos, mientras el segundo ganó su Oscar con No es país para viejos, basada también en una novela de McCarthy. Como otros grandes escritores en el pasado, John Steinbeck (Náufragos, ¡Viva Zapata!) o Dashiel Hammett (Vigilancia en el Rhin), el autor de La carretera da al salto al guión con esta historia turbia y enrevesada en torno a una organización de narcotraficantes en la frontera entre Estados Unidos y México. Unas líneas de diálogo efectivamente pretenciosas y lapidarias, difíciles de imaginar en personajes de la calaña a la que pertenecen la mayoría pero que aceptamos como licencia artística, van guiando un argumento que sirve a su artífice para hablarnos del destino, de cómo lo vamos forjando y cómo nos es imposible huir de él cuando hemos tomado las decisiones que lo han conformado, encontrándonos en una encrucijada difícil de superar y a la vez implicando a los seres que nos rodean, creando un universo que empieza y termina con nuestra propia historia. Los entresijos de la trama son difíciles de digerir y ordenar, pero el entretenimiento está asegurado en un espectáculo vistoso y sumamente atractivo al que hay que sumar la pericia de su director para lograr eso que tanto se le admiraba al comienzo de su carrera, crear atmósfera, como hacía en La sombra del testigo o Black Rain, en este caso una tensión cortante y malsana que afecta no sólo a su protagonista sino a todos los intérpretes de esta tragedia de tintes clásicos. Por cierto, ¿será un guiño del director que en una secuencia Fassbender aparezca frente a un póster de Steve McQueen en El Yang-Tsé en llamas, actor con el que comparte nombre el realizador que dio uno de sus mayores impulsos al actor de origen alemán cuando lo contrató para protagonizar Shame? Otra curiosidad, una operadísima Gianina Facio, esposa de Ridley Scott, aparece en una secuencia del film como mujer del teléfono móvil.
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