Teatro Lope de Vega. Martes 21 de octubre de 2014
Descubrí a Eliane Elias hace veinticinco años, a través del tema Through the Fire de su primer CD como solista, Illusions; en él ya hacía gala de la elegancia y la sofisticación que le caracteriza, y se confirmaba como una extraordinaria pianista. Con el nuevo milenio se recicló añadiendo voz y abordando clásicos o standards americanos como han hecho tantas otras estrellas del jazz, el pop y hasta el rock.
En el programa presentado en el Lope de Vega, su única actuación en nuestro país justo antes de recalar en Gibraltar, estuvo únicamente acompañada por contrabajo y guitarra; en la roca se les unirá Randy Brecker, que bien podría haber hecho acto de presencia aquí donde el programa giraba en parte en torno a Chet Baker. Fue precisamente recordando a Chet - título que eligió John Barry para uno de los preciosos temas de la banda sonora de Playing by Heart o Jugando con el corazón que dedicó al famoso cantante y trompetista - como nos embelesó buena parte del concierto, con imprescindibles como I Thought About You, I've Never Been in Love Before, compuesto por Frank Loesser para el musical Guys and Dolls, o el precioso Embreceable You de los Gershwin que Elias cantó y tocó con extrema delicadeza y un exquisito fraseo. Como pianista es sencillamente una fuera de serie, y como cantante una seductora nata, de registro grave y sensual e inteligente modulación, destilando felicidad y satisfacción a lo largo de su actuación.
Considerada una de las mejores intérpretes de la música de Antonio Carlos Jobim, buena parte del concierto estuvo también dedicado a invocar su país, con clásicos de la samba y la bossa nova de autores como Barroso (Sandália de Prata), Caimmy (Rosa Morena, que cantó luciendo aún cuerpazo), o el propio Jobim (One Note Samba), hasta desembocar en los bises en una Chica de Ipanema participativa. Hubo por supuesto lugar para las jam sessions, sin percusión y aún así muchísimo ritmo, con exhibiciones virtuosísticas en piezas como You and the Music and the Night, dedicada a Bill Evans; su propia composición The Time Is Now, incluido un espectacular e hipnótico solo de su esposo Marc Johnson; un frenético Liza de Gershwin o Bowing to Bud, ofreciendo también al guitarrista californiano Graham Dechter continuas posibilidades de lucimiento. Aún emocionado creo que quienes asistimos al concierto comulgamos con lo mejor del jazz clásico y contemporáneo, con grandes como Grusin, Hancock, Getz y todos los ya indicados, invocados en una noche mágica.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 23 de octubre de 2014
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