USA 2015 111 min.
Guión y dirección Billy Ray, según la novela de Eduardo Sacheri Fotografía Daniel Moder Intérpretes Chiwetel Ejiofor, Julia Roberts, Nicole Kidman, Dean Norris, Michael Kelly, Lyndon Smith, Zoe Graham, Alfred Molina Estreno en Estados Unidos 20 noviembre 2015; en España 15 abril 2016
Han hecho bien los distribuidores españoles en cambiar el título original de esta película, camuflando así el hecho de que se trate de un remake de la exitosa y ejemplar El secreto de sus ojos, pues a primera vista, y aunque ambas estén basadas en la misma novela, no existe un parecido evidente entre estas dos cintas. La trama se traslada a Los Angeles, con la lucha contra el terrorismo islámico como fondo apenas coyuntural y el cambio de sexo de uno de los personajes. El tratamiento se acerca más al del thriller convencional que la película de Juan José Campanella, que aquí ejerce de productor ejecutivo. Con todo lo peor es que falla la realización de Billy Ray, aparentemente curtido en el género con sus dos anteriores películas, El precio de la verdad (2003) y El espía (2007) y acostumbrado a lidiar con repartos atractivos: Hayden Christensen y Chloë Sevigny en la primera, Chris Cooper, Ryan Philippe y Laura Linney en la segunda, a los que ahora añade nada más y nada menos que a las bellísimas Julia Roberts, notablemente desmejorada para interpretar su papel con convicción dramática, y Nicole Kidman, que parece haber dado marcha atrás en algunas de sus intervenciones quirúrgicas para volver a ser la radiante australiana de antaño. Y es que la de Ray es una realización plana, sin emoción ni tensión, que no sabe mantener el pulso dramático y malogra las posibilidades de esta variante del guión de la oscarizada película de Campanella. Se ve sin desagrado pero tampoco interés. Demasiado fría y contenida para narrar una historia tan desoladora y trágica como ésta. Una frialdad que tampoco facilita la tibia relación sentimental entre Chiwetel Eijofor y la Kidman, a pesar de que mantienen cierta química entre ellos. Un film por lo tanto prescindible y apenas disfrutable, aunque tampoco hace daño verla; los incondicionales de sus protagonistas se pueden acercar a ella sin temor.
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