USA-Reino Unido-Bulgaria 2016 99 min.
Dirección Babak Najafi Guión Katrin Benedikt, Christian Gudegast y Creighton Rothenberger Fotografía Ed Wild Música Trevor Morris Intérpretes Gerald Butler, Aaron Eckhart, Morgan Freeman, Angela Bassett, Jackie Earle Haley, Charlotte Riley, Radha Mitchell, Melissa Leo, Robert Forster, Colin Salmon, Shivani Ghai, Waleed Zuaiter, Patrick Kennedy Estreno en Estados Unidos 4 abril 2016; en España 8 abril 2016
Secuela de Objetivo: La Casa Blanca, donde Mike Banning (Gerald Butler) y el presidente de Estados Unidos, Benjamin Asher (Aaron Eckhart), se enfrentaban a una banda de terroristas para salvar al país del ataque de sus enemigos. Los mismos regresan ahora para salvar al Mundo cuando asisten en compañía de un puñado de dirigentes de los países más poderosos al funeral del Primer Ministro Británico. Los americanos no se resisten a convertir en carne de espectáculo pirotécnico y hasta cómico dramas tan inabarcables como el que desde principios de este siglo asola al planeta ante el terrorismo internacional. No basta ahora con un edificio, un avión o cualquier otro espacio unidimensional, sino que en favor de unos efectos especiales que garanticen la rentabilidad de la empresa, ahora es toda una ciudad la que sucumbe ante el terror vengativo de unos poderosos criminales de oriente. No se desaprovecha la oportunidad, por supuesto, de lanzar el consabido y desvergonzado mea culpa, para sin embargo justificar posteriormente la vorágine de violencia que convierte a los protagonistas en héroes indiscutibles capaces de acabar con todo aquel que se ponga por delante en una ciudad asediada, trampa mortal como la que exhibía Belfast en la mucho más interesante y rigurosa '71 de Yann Demange. El proyecto se deja en manos de sus guionistas, que repiten hazaña con los consabidos chistes y lugares comunes, y un realizador sueco del que nada sabíamos hasta ahora, y que parece dirigió un par de películas de acción en su país antes de perpetrar este despropósito descomunal. Repite parte del elenco de la otra película en los mismos papeles, mientras su primera media hora reparte devastación a lo bestia y ofrece momentos hilarantes para el cine, como el asesinato de los líderes francés, italiano (una especie de Berlusconi que toquetea a su joven esposa en lo alto de Westminster), japonés, canadiense o alemana.
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