jueves, 6 de julio de 2017

UNA NOCHE REFRESCADA CON TRIO AD PARNASSUM

18ª edición Noches en los Jardines del Real Alcázar. Trío Ad Parnassum: Vicent Morelló, flauta; Álvaro Prieto, fagot; Tommaso Cogato, piano. Programa: Tríos en Fa mayor, de Donizetti; Trío en Fa mayor Hob. XV. 17, de Haydn; Trío en Sol mayor WoO 37, de Beethoven. Miércoles 5 julio 2017

Vicente Morelló
La capacidad de Morelló para frasear con buen gusto y flexibilidad ha quedado de sobras demostrada en sus comparecencias junto al resto de la Sinfónica, en programas de cámara o en el registro que ha dedicado a la flauta con aires gitanos o bohemios, en cuya presentación hace apenas unas semanas le acompañó Cogato, un excelente pianista que se ha integrado junto a su compañera Mariarosario D’Aprile en el mundo musical sevillano con tanta simpatía como ingenio y talento, y al que aprovechamos para felicitar por su concierto junto a la ROSS en la próxima temporada. Prieto por su parte dio hace una semana muestra de un sonido sólido y personal en el Concierto para dos fagotes de Vanhal que ofreció en el Maestranza. Tres músicos singulares e indiscutiblemente competentes que se acercaron al Alcázar con un programa ideal para refrescar las cálidas noches estivales, si no fuera porque el clima, especialmente caprichoso de este verano, ya se encargó de hacerlo con un chaparrón que a punto estuvo de provocar la cancelación del evento.

Tommaso Cogato
Los aires melodiosos y desenfadados, un pelín cursis también, de Donizetti se encargaron de abrir y cerrar la velada, con una de sus poco transitadas obras de cámara, un Trío que brindó a los intérpretes la posibilidad de exhibir lirismo y expresividad con ornamentaciones justas y precisas, y con resultados llenos de encanto y amabilidad. En la propina, un arreglo de Una furtiva lagrima subrayó el carácter melódico del compositor de Bérgamo, corroborando la precisión técnica, la compenetración y la facilidad melódica de los intérpretes. Sin menospreciar su habitual carácter alegre y desenfadado, el trío acertó en destacar también el aire puntualmente íntimo de la pieza de Haydn, en el que destacó un Tempo di minuetto de generosa serenidad. Aunque original para cello, el fagot cumplió perfectamente para añadir autoridad a un conjunto que en todo momento logró una sensacional compenetración.

Álvaro Prieto
Lo mejor no obstante llegó de la mano de una pieza de juventud – ¡sólo catorce años! – de Beethoven, aún muy influido por su mentor Haydn. Despistados porque en el programa rezaba erróneamente el número de catálogo WoO 38, que es un trío tradicional para cuerda y piano, y creyendo que se trataría de una transcripción, nos encontramos con el descubrimiento de una delicada obra para los instrumentos convocados, con el propósito de servir de ayuda académica a unos niños a los que el joven compositor daba clases. La pieza disfruta de una poderosa arquitectura de movimientos generosos y dilatados, con múltiples posibilidades de lucimiento que los intérpretes aprovecharon con profusa lucidez. Cogato digitó con la misma agilidad y fluidez con la que Morelló fraseó sus melódicos acordes, destacando un Andante con variaciones final de enorme inventiva que disfrutó en manos de este singular trío de una combinación de técnica, compromiso y expresividad absolutamente satisfactoria.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 10 de julio de 2017

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