Guión y dirección Ana Asensio Fotografía Noah Greenberg Música Jeffrey Alan Jones Intérpretes Ana Asensio, Natasha Romanova, David Little, Nicholas Tucci, Larry Fessenden, Caprice Benedetti, Anna Myrha, Ami Sheth Estreno en el Festival South by Southwest 12 marzo 2017; en Estados Unidos 3 noviembre 2017 (internet) y 1 diciembre 2018 limitado); en España 12 enero 2018
La historia de Ana Asensio es como la de tantas otras actrices y actores que han buscado el éxito en tierras norteamericanas, generalmente Nueva York o Los Angeles, para en la mayoría de los casos no encontrar más que malvivir y mucha frustración. Han sobrevivido con trabajos precarios, a menudo sin documentación que avale su residencia y expuestos y expuestas a abusos y quebrantos de todo color y naturaleza. Hay quienes incluso renuncian a que alguien se fije en su talento interpretativo y deciden forjar su propia suerte en forma de guión que seguramente tendrán que dirigir ellos o ellas mismas. La inmensa mayoría fracasa incluso en este intento, pero Asensio ha sido una excepción. Su guión, basado en gran medida pero no sabemos hasta qué punto en experiencias propias, ha sido llevado a la pantalla con buen pulso y un indudable talento para la imagen y la narrativa, otra cosa es lo que nos cuenta. De momento ha recibido encendidos elogios allí en Estados Unidos, desde que hace casi un año se alzara con el gran premio del jurado en el Festival de cine independiente y de bajo presupuesto South by Southwest. Ha conseguido incluso estrenar en salas, aunque sea con carácter limitado, es decir sólo en las grandes capitales, después de haberse pasado directamente por internet. Sorprende su colorida y compacta fotografía, muy alejada de los cánones a los que estamos habituados en este tipo de producciones, el manejo de la cámara, siempre atenta a espacios y retratos para que la historia se cuente más a través de la imagen que de la palabra, y el uso moderado del sonido para generar intriga sórdida. En su primera mitad asistimos al ritual propio en este tipo de historias, con mujer española procurando pagar el alquiler de un piso en malas condiciones a través de trabajos mal pagados y muy marginales. Pero cuando recibe la propuesta de un trabajo de mayor envergadura en el que su imagen seductora juega un papel primordial, choca que la mujer, de la que a pesar de esa primera media hora preparativa no alcanzamos a saber mucho de su supuestamente traumático pasado en España, se sorprenda ante la más que previsible naturaleza del trabajo en cuestión. Asensio maneja sin embargo como una experta los resortes del cine de suspense y terror planteando una segunda mitad lúgubre y tenebrosa, en cierto modo hasta perturbadora, que deja claro que apenas hemos avanzado en lo social a lo largo de un milenio, y que las clases pudientes siguen comportándose de la misma manera frente a las menos privilegiadas, sean esclavos, inmigrantes o sencillamente gente desfavorecida. Apenas hay lugar para la toma de conciencia y sólo cabe resignación casi sin esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario