jueves, 7 de enero de 2021

DOS FASCINANTES MIRADAS A NUESTRO TUMULTUOSO PASADO

Dos interesantes documentales dirigidos por cineastas malagueños ilustran nuestro pasado reciente tomando como eje a dos escritores que vivieron profundos cambios en la política y la sociedad española del pasado siglo

LA VIDA PERRA


España 2019 58 min.
Guion, dirección y fotografía
Pablo Macías Música Soledad Villalba Documental Estreno en el Festival de Cine Africano de Tarifa 29 abril 2019
 

En su debut cinematográfico, Pablo Macías y Soledad Villalba, como responsables de la dirección, fotografía, montaje y sonido y banda sonora respectivamente de esta película, se adentran en el Tánger internacional de primera mitad del siglo XX de la mano de uno de sus más pintorescos y controvertidos habitantes, el escritor y Premio Planeta Javier Vázquez. Proponen así un fascinante viaje retrospectivo a una ciudad que aglutinó el ambiente más cosmopolita del norte de África, junto a otras capitales marroquíes como Casablanca, mientras se iban sucediendo los cambios políticos y socioeconómicos que provocaron las guerras civil española y segunda guerra mundial, así como la recuperación de su independencia por parte Marruecos, convulsiones que retrata el libro de Vázquez La vida perra de Juanita Narboni, que llevaron al cine Javier Aguirre en 1982 con una multipremiada Esperanza Roy como protagonista (Vida/Perra) y la realizadora marroquí Farida Benlyazid en 2005.

Precisamente esta última es una de las que prestan su testimonio para trazar la azarosa vida del escritor, bebedor empedernido, falsificador y persona poco o nada responsable en cada trabajo que desempeñó, pero que tuvo el acierto de plasmar en esa novela todos esos cambios sufridos en la ciudad costera y su mundanal vida en aquellos años que van de los treinta a los sesenta. Junto a Benlyazid otros rostros como Luis Antonio de Villena, Rocío Rojas-Marcos o Ignacio Gómez de Liaño se prestan a reconstruir aquella ciudad cosmopolita en la que abundaban los cafés, hoteles (El Continental) y cines (Alcázar, Gran Teatro Cervantes), de los que la cámara de Macías se hace eco ahora en su perpetuo abandono y decadencia, mientras en el recuerdo van sucediéndose grandes autores que pisaron la ciudad como la generación Beat norteamericana o Paul Bowles, cuya esposa engrosó la larga lista de amistades femeninas del escritor, aunque se sexualidad pareciera mirar más hacia el género masculino.

A pesar de su hora escasa de duración, el trabajo se antoja algo repetitivo y no llega a plasmar, pese a su elegancia formal y los reveladores testimonios, toda esa grandeza que respiraba la ciudad en aquellas tumultuosas épocas, pero logra algo impagable, que es invitar a la lectura de este Premio Planeta de 1962 que refleja las andanzas de Juanita Narboni, aquí representada siempre de espaldas bajo atuendo inequívocamente de la época, por las calles de una ciudad irrepetible. 

PALABRAS PARA UN FIN DEL MUNDO

España 2020 93 min.
Guion y dirección
Manuel Menchón Fotografía Javier Calvo Música Ivan Palomares Documental con las voces de José Sacristán, Marian Álvarez, Antonio de la Torre, Víctor Clavijo y Andrés Gertrudix Estreno en el Festival de Valladolid 25 octubre 2020; en salas comerciales (no en Sevilla) 13 noviembre 2020 


“Le escribo esta carta desde mi casa, donde estoy desde hace días encarcelado disfrazadamente. Me retienen en rehén, no sé de qué ni para qué. Pero si me han de asesinar, como a otros, será aquí, en mi casa.” Éstas son las palabras de Miguel de Unamuno a veinte días de su fallecimiento que sirven de detonante y pretexto para realizar una fascinante reconstrucción de los años que van de la proclamación de la Segunda República a la muerte del insigne escritor e intelectual el último día del año de 1936 y su urgente entierro tan solo un día después con honores fascistas. Un entierro en el que, entre otros, participó el tenor Miguel Fleta portando el féretro, que hoy es una voz a la que no podemos perdonar su pasado radicalmente falangista, mientras tantos sectores siguen pasando por alto los crímenes de otros amparándose en su indiscutible valor como artistas irrepetibles.

Hecho este inciso, el film de Manuel Menchón retoma un año después la historia que Amenábar tan bien plasmó en Mientras dure la guerra, pero el suyo es un trabajo que completa y ahonda todavía más en las razones y los acontecimientos que llevaron al tantas veces candidato al Nobel a cambiar de chaqueta con considerable facilidad hasta despertar frente a la verdadera cara, horrible y nauseabunda, del fascismo progresivo que asolaba el continente europeo en aquella década de los treinta del siglo pasado.

El trabajo de Menchón es meticuloso, documentado hasta la saciedad, con profusión de material de archivo, mucho de él inédito y sorprendente, y una puesta en escena fresca y novedosa, sin apenas testimonios, más que el de uno de los nietos del escritor y la presencia de una actriz que interpreta a una trabajadora de archivos con la que se pretende plasmar la veracidad comprobada de los terribles hechos relatados. Lo mejor de este tipo de producciones, sobre todo cuando están tan bien hechas como la presente, es que no solo sirven para conocer el pasado sino para prevenir en el presente de que estos acontecimientos se repitan. Coincide el visionado de esta cinta con el asalto al Capitolio por las huestes enfervorecidas y manifiestamente embaucadas por el impresentable ex presidente norteamericano Donald Trump, poniendo en peligro la estabilidad de la democracia en general, como hacen otros dirigentes y candidatos populares en Brasil, Francia o Italia; un regreso al horror de antaño que no podemos permitir y que vehículos tan bien urdidos, documentados y realizados como éste tienen la obligación de reprimir. El film de Menchón es sin duda, en un año poco lucido para el cine andaluz, la mejor película de esta cosecha.

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