Reino Unido 2019 119 min.
Dirección Armando Iannucci Guion Armando Iannucci y Simon Blackwell, según la novela de Charles Dickens Fotografía Zac Nicholson Música Christopher Willis Intérpretes Dev Patel, Tilda Swinton, Hugh Laurie, Peter Capaldi, Morfydd Clark, Ben Whishaw, Benedict Wong, Darren Boyd, Gwendoline Christie, Paul Whitehouse, Aneurin Barnard, Daisy May Cooper, Nikki Amuka-Bird, Rosalind Eleazar, Jairaj Varsani, Anthony Welsh Estreno en el Festival de Toronto 5 septiembre 2019; en Reino Unido 24 enero 2020; en España (internet) 4 diciembre 2020
Aunque parezca extraño, una de las novelas puntales de Dickens apenas ha recibido atención por parte del cine, y aunque ya a comienzos de éste fue adaptada en un par de ocasiones, la de George Cukor de 1935 permanece siendo la única versión de David Copperfield hecha directamente para el cine. La televisión ha fijado más su mirada en la vida y vicisitudes del que Dickens consideraba su más querida criatura, con adaptaciones memorables como la que Delbert Mann dirigió en 1969, y algunas más recientes como la que protagonizó Daniel Radcliffe en 1999, justo cuando se preparaba para ser Harry Potter.
Armando Iannucci saltó al cine en 2009 tras una década curtiéndose en la televisión. Su debut fue con la muy celebrada sátira política In the Loop, género que continuó cultivando en la serie Veep y en la película La muerte de Stalin. Su aportación ahora al muy transitado universo dickensiano se caracteriza más por su colorista puesta en escena, galardonada en los Premios Europeos del Cine, que por su audacia e ingenio narrativo. Pero sobre todo lo hace por su reparto multicultural, pues igual que recientemente hemos visto a Peter Pan y Alicia en la piel de niños negros, el Copperfield de Iannucci es el eternamente joven actor indio Dev Patel, mientras el resto de su numeroso séquito combina razas de todo el Mundo, sin respetar si quiera las correspondientes genealogías. Decíamos a propósito de Érase una vez… que no le veíamos el sentido a convertir en negros a personajes antaño concebidos de otro color, y que en lo que respecta a inclusión e igualdad el proceso nos parecía estéril e inútil. La diversidad se debe probar de otra manera, la inclusión debe ser real y efectiva y no un juego desconcertante sin sentido. Con estas soluciones lo único que se consigue es extender estereotipos de la raza entonces considerada dominante a otras razas, devorando su cultura y tradición, que es lo que realmente da sentido a la diversidad y la multiculturalidad.
Por lo demás, Iannucci se concentra en el aspecto más grotesco de la novela de Dickens, elimina sus episodios más dramáticos, por más que elija a una misma actriz para dar vida a la madre y esposa, aquí solo novia, del protagonista, potenciando así su posible complejo de Edipo, e introduce multitud de soluciones estéticas y efectistas con el único fin de epatar. De todo preferimos la estupenda banda sonora de Christopher Willis, quizás más épica y espectacular de lo conveniente, pero henchida de emoción, excelente orquestación e inspiradas melodías.
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