Una familia con dificultad para conciliar trabajo y afecto en un Madrid escenario de imaginativas aventuras, y tres historias de terror para pasar una noche donde los sueños y el subconsciente se dan la mano con el amor, constituyen este bloque presentado en Panorama Andaluz del pasado Festival de Sevilla
España 2020 69 min.
Dirección Ignacio G. Merlo Guion Manuel Luis, Igancio G. Merlo y Sebastián Fernández Fotografía Polina Stoynova Música Gonzalo de la Serna y Sebastián Fernández Fuentes Intérpretes Lola Fernández Comesaña, Olaia Comesaña Aragón, Sebastián Fernández Fuentes, Carolina Olmedo, Alfonso Begara, Isbel Pinar Roa, Antonio Revuelta, Manuel Luis, Lorena Alberca, Iñaki Puche, Juan Fernández, Mercedes Fuentes Estreno en el Festival de Sevilla 11 noviembre 2020
El caso del malagueño de nacimiento y granadino de adopción Ignacio Guarderas es bastante singular. Lleva una década dirigiendo películas que no han visto la luz en ningún formato de exhibición salvo festivales especializados. Y es una pena porque a juzgar por esta su última película, presentada dentro de la sección de panorama andaluz del Festival de Cine Europeo de Sevilla, su cine resulta muy interesante. Ojalá mañana es, como sus otras tres películas, un film realizado entre amistades y familiares, cada uno y una manteniendo su propia identificación de la vida real, con una frescura y un cariño que se hace evidente en toda la extensión, estética y psicológica, de la propuesta.
En esta ocasión el relato se divide en dos partes bien diferenciadas, la primera para presentar una familia humilde que vive en Madrid sorteando todo tipo de inconvenientes para conciliar su vida laboral y familiar. Padre y madre se dividen las tareas del hogar y la calle, mientras combinan también el cuidado de su hija de siete años, quien parece seguir los pasos de su madre, aspirante a actriz, desarrollando una considerable habilidad para la imaginación y la creatividad. Esto dará paso a una sorprendente segunda parte con las calles del centro histórico de Madrid y el Parque del Retiro como mágico entorno en el que la niña vive una serie de sorprendentes e imaginativas aventuras.
Todo ello rodado con talento, frescura y notable economía de medios que lejos de funcionar como obstáculo, sirve sobradamente a su propósito, lográndose en conjunto una más que satisfactoria película que debería haber contado, según nuestro juicio, con un mayor reconocimiento y cobertura, abriendo por fin paso a que las películas de Guarderas sean disfrutadas por un público por supuesto selecto pero más amplio.
LLEGA LA NOCHE
España 2020 72 min.
Dirección Hilario Abad Guion Hilario Abad, Pedro Vasallo y José Luis Bustillo Fotografía Miguel Ángel Trujillo Música Juan Marchena Intérpretes Gema Abad, José Luis Bustillo, Andrea del Pino Gutiérrez, Marie Delgado Trujillo, Montse Rueda, Irmina Majchrzak, Nicolás Montoya, Inmaculada Salmoral, Israel Frías Estreno en el Festival de Sevilla 10 noviembre 2020
En su primer largometraje como director, después de varias experiencias en la escena como director del espectáculo Destino Verdi del Teatro Villamarta de Jerez, y en cine como montador de la película Ouroboros, el gaditano Hilario Abad se atreve con la fantasía y el terror pero desde un ángulo novedoso y desde luego bastante enigmático. Cuenta tres historias, cuya intensidad dramática va de menos a más en dedicación y metraje. La primera la narra en animación sobre una comunidad devorada por una montaña habitada por misteriosas estalagmitas; la segunda nos lleva a mediados del siglo pasado a Polonia, donde una niña busca desesperadamente el pie de su madre, muerta en desagradables circunstancias; y la tercera a una casa en el campo donde una pareja exorciza sus miedos con macabras historias.
Resulta difícil adivinar la relación entre estas tres historias, dos de las cuales se combinan aleatoriamente, salvo por la influencia del pasado en nuestros sueños y subconsciente. Sin embargo merece destacarse el fresco y espontáneo trabajo de la joven pareja protagonista del tercer y más desarrollado relato, haciendo hincapié en el recurso al cariño y el afecto como arma defensiva, así como la capacidad del equipo para transmitir una atmósfera enrarecida y cierto desasosiego. El resto la verdad es que no da para más.
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