lunes, 4 de enero de 2021

SOUL Prodigio de animación, música, comedia y drama

USA 2020 100 min.
Dirección
Pete Docter y Kemp Powers Guion Pete Docter, Mike Jones y Kemp Powers Música Trent Reznor, Atticus Ross y Jonathan Batiste Voces (en versión original) Jamie Foxx, Tina Fey, Graham Norton, Rachel House, Alice Braga, Richard Ayoade, Phylicia Rashad, Donnell Rawlings, Questlove, Angela Bassett, Cora Champommier, Margo Hall, Daveed Diggs Estreno en el Festival de Londres 11 octubre 2020; en España y estados Unidos (internet) 25 diciembre 2020

Cuesta entender a veces cuáles son los criterios para en estos tiempos de restricciones estrenar en salas o hacerlo directamente en internet. Precisamente ahora que los exhibidores esperan como agua de mayo películas que llenen sus instalaciones, cintas como ésta, lo último de Pixar en un año en el que tanto nos ha conmovido y sorprendido Onward, son seguramente las más indicadas para aliviar la penosa situación por la que están atravesando las salas de cine, y sin embargo sus responsables han preferido destinarla directamente a la plataforma que Disney tiene en internet.

Un veterano, Pete Docter, curtido en películas como Monstruos, Up y Del revés, se ha asociado con un novato, posiblemente el alma del proyecto, Kemp Powers, para ofrecernos el último prodigio de la productora de animación, una vez más en colaboración con la omnipresente y omnipotente Disney. El título juega con un doble sentido, por un lado se trata de una cinta ambientada en el mundo del jazz y el soul, por otro trata con considerable profundidad el concepto del alma, eso que nos diferencia a unos seres humanos de otros, configura nuestra personalidad y condiciona nuestros sueños, deseos y aspiraciones. Este doble marco dramático y argumental da lugar también a un doble tratamiento formal, una combinación portentosa de estilos de animación que nos lleva del hiperrealismo neoyorquino a la síntesis abstracta de una dimensión más allá de nuestra propia existencia, que da juego incluso para diseñar algunos personajes al más genuino estilo picassiano.

Soul tiene seguramente el arranque más devastador que jamás hayamos experimentado en una película de animación. A partir de ahí su desarrollo, aunque salpicado de humor y personajes entrañables, deviene un tratado filosófico de primer orden, si bien para ello eche mano de elementos anclados en una tradición fundamentalmente religiosa en la que paisajes como el Más Allá y el Infierno parecen perpetuar un esquema demasiado rancio para los tiempos que corren. Sin embargo la estrategia sirve para de forma sencilla exponer cuestiones que tanto nos preocupan a los seres humanos, especialmente los que gozamos de ese estado del bienestar que nos permite experimentar sensaciones como la frustración o la depresión.

Prodigiosa en el diseño de personajes, en su elaboradísima animación, creación de espacios y tratamiento dramático tanto como su mensaje psicoanalítico, Soul es probablemente una de las mejores películas, más ingeniosas y sesudas de Pixar y una gozada que ni siquiera llega a jugar con la tan temible sensiblería. Pero además es un estímulo para los y las amantes del jazz, para lo que cuenta con los sensacionales arreglos de Jonathan Batiste, que se une a la vanguardista y etérea partitura original de Trent Reznor y Atticus Ross. Sin olvidar que en su impecable tratamiento la cinta cuida también muchísimo los roles de género, apostando con notable sentido del talento y el ingenio por la igualdad en todas sus vertientes.

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