USA 2021 138 min.
Dirección Adam McKay Guion Adam McKay y David Sirota Fotografía Linus Sandgren Música Nicholas Britell Intérpretes Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep, Cate Blanchett, Jonah Hill, Rob Morgan, Mark Rylance, Tyler Perry, Timothée Chalamet, Ron Perlman, Ariana Grande, Scott Mescudi, Himesh Patel, Melanie Lynskey, Paul Guilfoyle Estreno en Estados Unidos y España 10 diciembre 2021; en Internet 24 diciembre 2021
El paulatino abandono de estrenos en salas comerciales a favor de las plataformas digitales está propiciando que las películas sean cada vez más largas. Es como cuando pasamos de la prensa escrita en papel, con sus limitaciones de espacio, a la digital, con el único límite que el o la autora o la línea editorial imponga. La nueva sátira política y social del director de La gran apuesta y El vicio del poder, también en esta ocasión candidata a arañar unas cuantas nominaciones al Oscar, peca precisamente de larga duración; podría haberse contado en menos tempo y mantener su gracia y frescura sin llegar al hartazgo o el empacho según se prefiera.
Entre comedia gamberra y drama apocalíptico, este lujoso aparato multiestelar se deja ver con más simpatía que los pretenciosos trabajos anteriores de McKay, y nos sitúa en un punto sospechosamente similar al que vivimos en la actualidad, con los científicos despreciados a favor de los intereses políticos y económicos. ¿A alguien le suena la política negacionista de la aclamada presidenta madrileña a favor de las bondades de la hostelería? Pues más o menos va por ahí esta sátira sobre un meteorito de proporciones gigantescas próximo a chocar contra la Tierra mientras sus habitantes gastan sus energías en los escándalos de la presidenta de Estados Unidos y su principal competidor, o la ruptura sentimental de dos astros de la canción pop. Todos y todas preocupadas por sus miserias cotidianas, como si nada ocurriera, mientras un magnate algo friki de las telecomunicaciones se empeña en buscar alternativas económicamente sostenibles a la tragedia que se avecina, una presidenta busca en cada acción rédito político y una locutora de televisión bastante coqueta pone patas arribas la vida sentimental del responsable científico al que el descrédito ante todo lo que ocurre coge bastante por sorpresa.
No es ni de lejos el Teléfono Rojo de la nueva era, aunque más de una reminiscencia a aquel mítico título de Kubrick haya en ella, pero constituye sin duda una radiografía seguramente algo tosca y burda del mundo en el que vivimos, el mismo en el que habitan tantos maravillosos seres vivos a los que McKay vigila de cerca a lo largo del metraje, y que tan caro han de pagar los excesos del hombre. Solo por disfrutar de sus descacharrantes chistes (no tiene desperdicio la codicia de general interpretado por Paul Guilfoyle, que mantiene a Jennifer Lawrence perpleja toda la película) y su estelar reparto en la línea de aquellas añoradas películas catastrofistas de los años setenta, la película de McKay merece un vistazo.
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