Ciclo de recitales líricos Nuevas Voces Ciudad de Sevilla. Rocío Faus, soprano. Ricardo Llamas, bajo. Javier Povedano, barítono. Héctor Sandoval, tenor. Jorge Robaina, piano. Programa: Arias, dúos y tríos de ópera, y romanzas y dúos de zarzuela. Espacio Turina, sábado 5 de febrero de 2022
Antes de felicitar a los y la participantes del
flamante recital con el que anoche inició la
Asociación Sevillana de Amigos de la Ópera su importante ciclo, tenemos que agradecer a este colectivo su afán y generosidad a lo largo de estos casi veinticinco años de andadura luchando por la afición al género lírico, apostando por el crecimiento en calidad y cantidad de los espectáculos líricos en la ciudad, y convirtiéndose con el tiempo en
uno de los principales activos y agitadores culturales de la misma, tan imprescindible para la buena salud de la educación y la cultura en cualquier comunidad que se precie. Organizado en colaboración con el ICAS y
la gerencia del Espacio Turina, este año si cabe aún más comprometido con la música en todas sus vertientes, el ciclo
Nuevas Voces nos trae cuatro interesantes citas de aquí a mitad de mayo, con la que protagonizará una representación semi escenificada de
María Padilla de Donizetti el 9 de marzo por primera vez en Sevilla, como plato fuerte.
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Rocío Faus |
Este arranque del ciclo no pudo empezar con mejor pie, con
tres rutilantes voces jóvenes y absolutamente frescas pero no inmaduras, sumando fuerzas con la más consolidada y a todas luces celebrada de
Héctor Sandoval, el tenor mexicano que por matrimonio ha fijado aquí su residencia, y que tan buen sabor de boca nos dejó en 2012 con aquella
Madama Butterfly en la que vistió los ropajes diseñados por el gran Ezio Frigerio, fallecido justo el pasado miércoles. Y es que
de generosidad anduvo también sobrada esta gala lírica, con el tenor prestándose a participar en esta digamos puesta de largo de los jóvenes talentos, pero también con el pianista Francisco Soriano, uno de los agentes más comprometidos con la lírica en la ciudad, dejando que sean otros maestros del teclado quienes acompañen a los y las artistas convocadas, en este caso el
cálido y siempre atento Jorge Robaina, a quien ya hemos tenido la suerte de disfrutar en varias ocasiones, especialmente
junto a Marta Infante, con quien en septiembre de 2019 nos ofreció unas sensacionales canciones de Dvorák que el dúo también ha llevado al disco. Por cierto que
con Sandoval parece estar pasando lo mismo que con Patrice Chéreau cuando antes de fallecer fijó también aquí su residencia y sin embargo nunca fue aprovechado en la ciudad su talento y prestigio como director escénico.
Relevo a punto
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Javier Povedano |
En cuanto a las tres jóvenes promesas convocadas en esta primera entrega del ciclo,
con esos instrumentos no podían desde luego dedicarse a otra cosa. Cada uno y una ha forjado, siempre a base de mucho esfuerzo, trabajo y dedicación, su particular trayectoria, siendo quizás a la lectura de sus currículos
el barítono cordobés Javier Povedano quien se ha subido a los escenarios más requeridos y prestigiosos, a pesar de que escénicamente se revela como el más tímido de los tres. Su voz, con una línea de separación muy delgada respecto a la tesitura de tenor, es
dulce y aterciopelada, hermosamente timbrada y flexible en todos sus registros, que además moldea con soltura y total naturalidad. Así lo demostró cantando en versión francesa la bella aria
Sois immobile como Guillermo Tell, o acompañando a
Rocío Faus en el célebre
Dúo de Felipe y Mari Pepa de
La revoltosa. La soprano madrileña desafió al sobreagudo en varias ocasiones, siempre con éxito, haciendo gala de
una adecuada gracia y un conveniente desparpajo. Preciosa también su voz, algo apagada en los registros más graves, sobre todo cuando el volumen del piano y sus compañeros de escena le hacían involuntaria competencia. Pero también
corrió con fluidez, sin impostura y con toda la frescura que se le supone a una buena cantante en ciernes. Más acertada y rutilante en
Quel guardo il cavaliere de
Don Pasquale que en
Quando m’en vo de
La bohème, Faus lució también junto a Sandoval en la escena
Torero quiero ser de
El gato montés, que pronto veremos en el Maestranza.
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Ricardo Llamas |
El
bajo sevillano Ricardo Llamas empezó derrochando voz y fuerza en
Ella giammai m’amò, de
Don Carlo, con la inestimable ayuda de Robaina en los acordes, tan expresivos y respetuosos como apreciamos en el resto de sus atentas intervenciones del resto de la noche.
Una sobrada proyección y una potencia descomunal llenaron de pronto la galería, a pesar de que acusó cierta rigidez enseguida corregida en
La calunnia de
El barbero de Sevilla, cantada con gracia y mucha agilidad, y en la romanza Qué me importa ser judío. Los tres
juntos invocaron a Mozart con mucha elegancia en
Ah taci, ingiusto core de
Don Giovanni, que cerró el primero de los tres bloques en los que se dividió la velada. Sandoval eligió para arrancar su exhibición de
buen, hermoso y muy expresivo canto, la pieza más desconocida del programa,
Bella del tuo sorisso, de la ópera
Reginella del romántico Gaetano Braga. Tras cantar con honda emoción el célebre
No puede ser de
La tabernera del puerto, y con amplio sentido de la gitanería y el espectáculo el
Torero quiero ser ya aludido, Sandoval se unió en la propina al terceto de nuevas voces en
un precioso, cálido y discretamente cómico rendimiento a Granada, y con ella a toda Andalucía.
Artículo publicado en
El Correo de Andalucía
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