USA-Reino Unido-Canadá 2021 98 min.
Guion y dirección Rebecca Hall, según la novela de Nella Larsen Fotografía Eduard Grau Música Devonte Hynes Intérpretes Tessa Thompson, Ruth Negga, André Holland, Alexander Skarsgard, Bill Camp, Gbenka Akinnagble, Antoinette Crowe-Legacy, Ashley Ware Jenkins Estreno en el Festival de Sundance 30 enero 2021; en Estados Unidos 27 octubre 2021; en España 29 octubre 2021
Ruth Negga, a quien ya vimos como mujer negra con apariencia de blanca en Loving, parecía la mejor opción para repetir perfil, ahora como señora de la alta burguesía casada con un racista en el Nueva York de los años veinte del pasado siglo, gracias a su facilidad para hacerse pasar por blanca. Son muchas las mujeres que optaron por esa solución, gracias a una piel más clara de lo habitual en las de su raza, para mejorar su estatus social y esquivar los obstáculos condicionados por su color. Entre las más famosas fue notorio el caso de Lena Horne, y Ava Gardner dio vida a una mujer con esa particularidad en Magnolia, el musical que George Sidney dirigió en 1951.
A Rebecca Hall, a quien siempre identificaremos con Vicky Cristina Barcelona, le sirve el tema, a través de la novela de Nella Larsen, para debutar en la dirección y hablarnos con cierta lucidez sobre el arte de las apariencias y la ambigüedad de ciertos comportamientos. Aquí una mujer se hace pasar permanentemente por blanca, mientras una amiga, la protagonista, lo hace puntualmente para acceder a espacios y derechos que normalmente le son vetados. Pero más allá de ese detalle, lo que Hall y Larsen analizan es la frecuencia con la que todos y todas alguna vez echamos mano de la apariencia, de pretender ser lo que no somos. En este sentido es el comportamiento del personaje que interpreta Tessa Thompson, el que vive más condicionada por aparentar, por adquirir comportamientos aprendidos de los blancos, sentirse una gran señora de la burguesía a la que se supone saber administrar criados, hacer caridad y cuidar de su acomodada familia y su apuesto esposo doctor. En este sentido la otra, su amiga, parece vivir con mayor libertad y tener más claro lo que espera de la vida, simplemente aprovecha una coyuntura para sobrevivir aun a costa de traicionar presuntamente a los de su condición.
El film se desenvuelve con elegancia y austeridad, puede que también con algo de falta de ímpetu y energía, pero perdonable tratándose de una opera prima. El resultado podría haber sido más apasionante, pero se queda al menos en algo suficientemente estimulante como para provocar debate y disfrutar con unas brillantes interpretaciones y una hermosa fotografía en blanco y negro del catalán Eduard Grau (Enterrado, Un hombre soltero).
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