Dirección y fotografía Steven Soderbergh Guion David Koepp Música Cliff Martinez Intérpretes Zöe Kravitz, Erika Christensen, Rita Wilson, Byron Bowers, Derek DelGaudio, Jaime Camil, David Ratray, India de Beaufort, Alex Dobrenko, Charles Halford, Jacob Vargas, Beka Sikharulidze y la voz de Betsy Brantley Estreno en HBO Max 10 febrero 2022
En la nutrida filmografía del guionista David Koepp, entre cuyos títulos se incluyen algunos tan populares como Parque Jurásico, Misión imposible, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal o La guerra de los mundos, abundan los thrillers con un toque sofisticado o más o menos ingenioso, como El efecto dominó, La habitación del pánico, Ojos de serpiente, El último escalón o La ventana secreta. A este grupo pertenece la nueva película de Steven Soderbergh, un thriller que podríamos definir como tecnológico, por cuanto actualiza la trama de películas tan reconocibles como La ventana indiscreta, Blow Out e Impacto, adaptándola a los asistentes virtuales tipo Alexia y aprovechando, por primera vez en pantalla, la actual pandemia como elemento de expansión, gel hidroalcohólico y mascarillas incluidas, de algunas de las neuras y fobias que afecta a la población urbana de hoy en día.
Kimi es aquí uno de esos asistentes, a quien pone voz Betsy Brantley, en su día joven promesa gracias a protagonizar junto a Sean Connery la última película de Fred Zinnemann, Cinco días, un verano, y después relegada a papeles secundarios en cintas como Otro país, El cuarto protocolo, La princesa prometida o Habana, así como a series y telefilms. El artefacto es testigo de un asesinato y la encargada de corregir errores en su sistema, una mujer que sufre una agorafobia acrecentada por la pandemia y el confinamiento, ha de superar sus miedos y limitaciones para resolver la intriga.
Soderbergh dirige con oficio y solvencia, a pesar de que todo el entramado se antoja inmediatamente demasiado artificioso y cogido por los pelos. No obstante, el film funciona y atrae, gracias en parte a su calculado y escueto metraje, algo muy de agradecer, y a una elegante puesta en escena. Kravitz convence en su papel pero lo mejor de la función lo encontramos en la atractiva banda sonora de Martinez, compañero intermitente de Soderbergh desde su brillante debut con Sexo, mentiras y cintas de video, que añade ese inconfundible toque hitchockiano que informa la empresa.
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