Canadá-Grecia-Francia-Reino Unido 2022 107 min.
Guion y dirección David Cronenberg Fotografía Douglas Koch Música Howard Shore Intérpretes Viggo Mortensen, Léa Seydoux, Kristen Stewart, Scott Speedman, Welket Bungué, Don McKellar, Lihi Kornowski, Tanaya Beatty, Nadia Litz, Yorgos Pirpassopoulos, Tassos Karahalios, Denise Capezza Estreno en el Festival de Cannes 23 mayo 2022; en Canadá 3 junio 2022; en España 23 septiembre 2022
La anuncian como surgida de la mente de David Cronenberg, y desde luego no puede ser más exacta la publicidad, pues como bien han coincidido gran parte de los y las cronistas, se trata prácticamente de un testamento del director canadiense, o al menos un trabajo enciclopédico de su obra anterior. Rodada enteramente en Atenas y con presupuesto parcialmente griego, hacía ocho años que Cronenberg no presentada un trabajo nuevo, desde la pretenciosa Maps to the Stars y la aún más pedante Cosmopolis dos años antes. Se agradece que aun tratándose de un film poco convencional, aunque tampoco rompedor en absoluto, Cronenberg haya vuelto a sus raíces y conformado con el género al que nos acostumbró con sus películas más aplaudidas, desde Scanners a Existenz, con escala fundamental en Inseparables por la querencia quirúrgica y Crash, cinta con la que comparte esa extraña combinación entre sexo y dolor que tanto parece fascinar al autor. De hecho no son pocas las veces en esta cinta distópica y futurista que se cita a la cirugía como el nuevo sexo.
Evidentemente para enfrentarse a esta historia llena de morbo e impacto emocional, empezando por un desgarrador arranque, hay que librarse de prejuicios y lanzarse a la credulidad y el conformismo. A partir de ahí surge un festín para quienes aman el cine de Cronenberg, con sus artilugios quirúrgicos y terapéuticos inspirados en la naturaleza más cruel, sus lesiones y traumas de todo tipo y condición, y sobre todo esas mutaciones del cuerpo al que el director es tan aficionado, además de una atmósfera muy deudora del expresionismo alemán, con una fotografía llena de contrastes y claroscuros que tanto recuerda a Spider, uno de sus trabajos más complejos y a la vez desagradecidos.
Cabe disfrutar con una interpretación diferente de Kristen Stewart, la belleza mejor aprovechada que nunca de Léa Seydoux, y la presencia siempre estimulante de Viggo Mortensen en su tercer trabajo con el canadiense, después de Una historia de violencia y Promesas del este, con la que también comparte ese estilo fragmentariamente detectivesco. Y cabe también disfrutar con la excelente banda sonora de Howard Shore, fiel al director desde sus inicios con la sola excepción de La zona muerta, y que para la ocasión parece haberse inspirado en parte en el Goldsmith de Instinto básico, quizás por aquello del sexo y la perversión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario