USA 2024 104 min.
Guion y dirección John Krasinski Fotografía Janusz Kaminski Música Michael Giacchino Intérpretes Cailey Fleming, Ryan Reynolds, John Krasinski, Fiona Shaw, Alan Kim, Liza Colón –Zayas, Bobby Moynihan y las voces de Steve Carell, Phoebe Waller-Bridge, Louis Gosset jr., Awkwafina, Emily Blunt, George Clooney, Bradley Cooper, Matt Damon, Bill Hader, Richard Jenkins, Blake Lively, Sam Rockwell, Maya Rudolph, Amy Schumer, Jon Stewart y Brad Pitt Estreno en España y Estados Unidos 17 mayo 2024
Con esta nueva incursión del actor John Krasinski en la dirección, después de las dos entregas que hizo de la sobrevalorada Un lugar tranquilo, partimos de la base en nuestro país de la escasa o nula entidad que tiene eso de los amigos invisibles, aunque vista la habilidad del país norteamericano para vendernos todo lo que les apetece, nuestros niños y niñas acabarán también teniéndolos, con todo lo que de neurótico significa. A partir de aquí el director, guionista y protagonista parece querer invitarnos sin demasiado éxito a revivir nuestra infancia y recuperar la inocencia perdida, si bien los pocos niños que aparecen, la joven protagonista de doce años y un niño asiático de algo menos, parecen como suele ser habitual viejos recortados.
Hay en el conjunto cierta tendencia a equipararlo con el mundo de Pixar sin demasiado éxito, a pesar del generoso abanico de personajes inventados a los que ponen voz lo más granado del Hollywood actual, incluido un Brad Pitt cuyo personaje ni se ve ni se oye, toda una broma con la que cabe preguntarse cuál habrá sido la aportación del carismático actor. Y hay también alguna pretensión de convertir este producto en algo similar a lo que debieron significar en su momento películas como Mary Poppins, cuya desafortunada secuela protagonizó precisamente la esposa de Krasinski, Emily Blunt.
Pero lo cierto es que falta auténtica magia para que esta aventura digitalizada, edulcorada y algo cursi remonte el vuelo. Entre lo mejor de la función destaca el prólogo en el que dos divertidos progenitores juegan sin parar con su pequeña hija, haciendo de su infancia ese lugar mágico que sin duda tanto nos marca y define. También destacan las secuencias estrictamente musicales, como el concierto de Tina Turner, el del parque de atracciones al son de Nat King Cole y la añoranza dancística de Fiona Shaw al ritmo del Espartaco de Khachaturian, capaz de emocionarnos por encima del todo el resto de su calculada parafernalia.
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