USA 2011 129 min.
Dirección Stephen Daldry Guión Eric Roth, según la novela de Jonathan Safran Foer Fotografía Chris Menges Música Alexandre Desplat Intérpretes Thomas Horn, Tom Hanks, Sandra Bullock, Max Von Sydow, Zoe Caldwell, Viola Davis, Jeffrey Wright, John Goodman Estreno en España 16 marzo 2012
Resulta desalentador que un realizador tan estimable como Stephen Daldry, cuya filmografía hasta el momento estaba formada por tres títulos tan estimulantes como Billy Elliot, Las horas y El lector, y un guionista capaz de adaptar con éxito incontestable los textos de El curioso caso de Benjamin Button y Munich, puedan perpetrar un producto tan irritante e infame como éste. Una película basada en una novela que pretende explorar el dolor y la solidaridad humanas a partir de un hecho tan trágico como el atentado de las torres gemelas de Nueva York, a través de la mirada de un niño de nueve años repelente, redicho e inaguantable, con el que es muy difícil sentirse identificado o tener la más mínima empatía. La luminosa fotografía de Chris Menges y la preciosa aunque omnipresente banda sonora de Alexandre Desplat poco pueden hacer frente a este recital de impertinencias, repelencias y aventuras sin sentido por una gran ciudad que se pretende herida y dolorida, en busca de una cerradura que abra no se sabe muy bien qué, aunque todo apunta desde el principio que deberá ser la propia alma de un niño con remordimientos y sentido de la culpa cristiana, y de paso aprender a conocer a quienes protagonizan nuestro entorno. Pretenciosa e intranscendente, a pesar de procurar ser todo lo contrario, ni interesa ni inquieta, más bien molesta y aburre, con una duración desmesurada y la insoportable presencia permanente del irritante niño, una suerte de Billy Elliot que ha perdido frescura y se ha convertido en catedrático. En el reparto, auspiciado por una pareja reclamo que tiene el inconveniente de crear más fobias que filias, destaca Max Von Sydow, si bien en cierto modo su personaje también resulta irritante, y la propia Sandra Bullock, que de nuevo se revela como competente actriz dramática. Por lo demás, un título decepcionante y anodino.
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