Guión y dirección Claudia Sainte-Luce Fotografía Agnès Godard Música Madame Recamier y Lino Nava Intérpretes Ximena Ayala, Lisa Owen, Sonia Franco, Wendy Guillén, Andrea Baeza, Alejandro Ramírez Muñoz Estreno en el Festival de Locarno 10 agosto 2013; en España 12 junio 2015
Tras varios cortometrajes el debut en el largo de la mexicana Claudia Sainte-Luce se revela tan agraciado como encantador, con esta historia sobre una joven que encuentra por azar una familia de adopción que le ofrecerá una nueva perspectiva a una vida sin rumbo ni sentido. Su mensaje abunda en la muy discutible necesidad que tiene el ser humano de ternura, cariño y compañía, emociones que bien pudieran ser más fruto de la educación que de la propia naturaleza. Un mensaje que margina a quien no tiene a su alcance la forma de materializarlo, pero que sirve a la realizadora para tejer una entrañable historia de amistad, respeto y cariño, contando para ello con una narrativa sencilla y muy eficaz, unas actrices estupendas, especialmente Lisa Owen, que ganó el Ariel a la mejor coactuación femenina, y unas formas frescas que hunden su estética en el folclore colorista de su país. El resultado se deja ver con notable agrado porque ni agrede ni molesta, exhibe un saludable ambiente de respeto y comprensión y fluye con brío y alegría, sin caer nunca en lo chabacano. Lástima que entre tanto color, música y ambiente agradables el discurso sobre la muerte y la pérdida, en última instancia objeto principal de la cinta, se diluya y no alcance a calar con suficiente fuerza, no porque debiera ser tratado dramáticamente sino con mayor decisión, habilidad y, sobre todo, talento y lucidez de lo que es capaz de ofrecer la debutante directora. Premios Fipresci en la Sección Discovery del Festival de Toronto y Especial del Jurado en el de Gijón.
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