lunes, 1 de junio de 2015

RICHES D'AMOUR, DIGNIFICANDO AL TROVADOR

Riches d'Amour: Alberto Barea, organeto, clavicémbalo, cromorno. Carmen Hidalgo, viella tenor y viola de arco. Programa: A la manera antiqua (obras de Landini, Machaut, Cornago, Morales y otros). Sala Joaquín Turina, domingo 31 de mayo de 2015

Alberto Barea y Carmen Hidalgo llevan mucho investigando la música medieval y renacentista fundamentalmente española, tanto composiciones, autores, códices y manuscritos, la manera de acercarse a ellos interpretativamente, y el trabajo con los instrumentos, llegando a almacenar un gran número de réplicas exactas a partir de su representación iconográfica en cuadros y esculturas. Su compromiso con el máximo rigor y seriedad posibles les ha llevado a fundar su propio grupo, al margen de otros de los que han formado parte o siguen haciéndolo, como Quarti Toni o Artefactum.

Desnudos, sin la colaboración de compañeros como el percusionista Álvaro Garrido o el laudista Aníbal Soriano, que les han arropado en otras ocasiones, propusieron en las primeras andanzas de la Sala Turina tras su nueva gestión por el ICAS, un viaje cronológico por la música anterior y posterior a la corte de Alfonso V El Magnánimo. Música polifónica medieval que partió de un Ave Regina Virginum que sirvió para trasladarnos en el tiempo a través del carismático sonido del cromorno; continuó con el Ars Antiqua en dos cantos sacros del Códice del Monasterio Cisterciense de Las Huelgas, Ars Nova italiano de la mano de Francesco Landini, el más importante músico del trecento italiano, y francés con Guillaume de Machaut, cuya balada de amor cortés Riches d’amour et medians d’amie tanto cautivó al conjunto que decidieron tomar de ella su nombre. La travesía continuó con el Manuscrito Buxheimer de tecla alemana del s. XV, desembocando en el Renacimiento con canciones profanas tan hermosas como ¿Dónde estás que no te veo? del franciscano Juan Cornago, Passeavase el Rey Moro de Luis de Narváez y De Antequera sale el Moro de Cristóbal de Morales.
 
Las armas, un delicado tañer a la viella y una viola de gamba primitiva extraída de una pintura conservada en Játiva, y ese gran corazón que le atribuye a Carmen Hidalgo la página web del grupo como único medio posible para extraer tanta belleza de tan significativo repertorio, más el canto dulce de tenor en un registro agudo extremo y la versatilidad al organeto y clavicémbalo del siempre elocuente, didáctico y simpático Alberto Barea, así como la voz también aterciopelada de su compañera. Una pieza del Llibre Vermell de Montserrat puso la guinda a tan relajante y estimulante sesión.
 
Versión completa del artículo publicado en El Correo de Andalucía el 2 de junio de 2015

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