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jueves, 6 de octubre de 2016

FESTIVAL DE LA GUITARRA DE SEVILLA: ENCUENTROS IN EXTREMIS

7º Edición Festival de la Guitarra de Sevilla. Francisco Bernier & Zahir Ensemble Obras de Toru Takemitsu (Stanza I, Towards the Sea y Valeria). Rafael Ruibérriz, Alejandro Casal y Ventura Rico Obras de Jacques Martin Hotteterre, François Couperin, Joseph-Marie Amiot y Jean-Marie Leclair. Miércoles 5 de octubre de 2016


Francisco Bernier
Reinaugurada hace un par de días por Kiko Veneno, tras una transformación que ha convertido su vestíbulo en una barraca de feria de color amarillo chillón, incluida réplica ahora también amarilla de la Giraldilla, la Sala Turina de la céntrica calle Laraña vuelve a acoger el Festival de Guitarra impulsado por el incombustible Francisco Bernier, que lo convierte por derecho propio en plataforma de lanzamiento de los discos que edita bajo su sello Contrastes. Y de contrastes fue precisamente el concierto inaugural, precedido como debe ser por unas palabras de bienvenida del director de marketing Royds F. Imbert, y con una doble propuesta de estéticas en principio antagónicas pero llamadas a convivir e invitar a públicos dispares entregados al placer de escuchar buena música, cualquiera que sea su época y estilo. El evento estuvo alimentado por el talento local, ese que está aliviando la terrible sequía que de grandes intérpretes venimos sufriendo en esta desdichada ciudad desde hace ya demasiados años, aunque con un esfuerzo considerable Bernier tiene preparado un buen ramillete de competentes figuras internacionales de la guitarra en los próximos días de celebración.

Bernier, García y Zahir Ensemble
La primera parte del concierto inaugural estuvo protagonizada por Toru Takemitsu, cuando se cumplen veinte años de su desaparición. Al músico japonés, tan conocido en los circuitos cinematográficos por sus numerosas bandas sonoras de películas de, entre otros, Kurosawa, Oshima e Imamura, se le dedica gran parte de la programación de un festival que este año inaugura además un concurso de guitarra flamenca y otro de composición, además de exposiciones, conferencias y proyecciones que otorgan un carácter cada vez más ambicioso a un proyecto nacido con premisas humildes. El propio director del certamen junto al Zahir Ensemble comandado por Juan García Rodríguez se emplearon a fondo para ofrecer una elocuente muestra de la obra de Takemitsu para guitarra, evocando siempre esas imágenes que indefectiblemente forman parte de su universo musical, bien sean de carácter urbano, como en Stanza I, una pieza de 1969 en la que se atisba su admiración por Messiaen y que contó con la atinada participación de la soprano Sachika Ito y altas dosis de precisión y expresividad en los músicos convocados. O implicaciones de la naturaleza, como Towards the Sea, en el que se atisba un mayor contenido poético y melódico, con una perfecta compenetración entre flauta y guitarra como principal reclamo de una pieza que invita a mecerse relajadamente, mientras en Valeria es la cuerda la protagonista de otro viaje evocador por esa naturaleza tan presente en la obra del japonés. En todas ellas destacó la pulsación precisa y contenida de un Bernier en estado zen.

Rafael Ruibérriz
El experimento de combinar esta primera parte con una segunda diametralmente opuesta resulta inteligente como elemento aglutinador de públicos diferentes, invitados así a sumergirse en propuestas distintas a las acostumbradas. Tres pilares fundamentales de la Barroca de Sevilla se dieron cita en un programa sin guitarra pero con muy buena y preciosa música, a cargo de maestros del barroco francés y centrado en la formación de trío con flauta, instrumento que Ruibérriz dominó a la perfección en un alarde de resistencia y compostura que le llevó a atacar con tanta dulzura como brío y agilidad donde correspondía. Especialmente destacables fueron las piezas de Couperin, sobre todo su Concierto nº 1 para flauta travesera y bajo continuo, en el que Ventura Rico se empleó a fondo dotando al conjunto de un cuerpo poderoso gracias al efecto hipnótico de una viola de gamba de sonido especialmente profundo. Para entroncar con el protagonista de la edición, interpretaron dos piezas de inspiración oriental, más evidente en el Divertimento Chino nº 3, de carácter sorprendentemente intemporal. También Casal hizo gala de su proverbial dominio del clave, y remataron con dos movimientos de una sonata para flauta de Bach, tan por encima de etiquetas y efemérides.

lunes, 1 de febrero de 2016

EL SUEÑO ESTANCADO DE LA BÉTICA DE CÁMARA

2º Concierto de temporada 2015/16. Orquesta Bética de Cámara. Antonio Salguero, clarinete. Michael Thomas, director. Programa: Idilio de Sigfrido, de Wagner; Concierto para clarinete nº 1 Op. 73, de Weber. Sinfonía nº 4 Op. 60, de Beethoven. Espacio Turina, sábado 30 de enero de 2016


Años lleva ya la Bética de Cámara intentando reflotar aquel mítico conjunto que nació en los veinte del siglo pasado de la ilustre mano de Falla. Al empeño dedican un considerable esfuerzo y una enorme ilusión, sin que los resultados de momento estén dando los frutos que la empresa merece. En este segundo concierto de la presente temporada se repitió una pieza que se programó hace justo un año, el Concierto para clarinete nº 1 de Weber (hubiera sido preferible completar la oferta con el nº 2), que volvió a brindarnos Antonio Salguero. El clarinetista sevillano lució virtuosismo, destreza y sustancia, desarrollando contrastes y colores con elegancia y emotividad, arropado con considerable respeto, vigor y elocuencia por el conjunto, aunque también puntuales salidas de tono y falsas entradas.

Peor fue el Idilio de Sigfrido de Wagner, pieza compuesta como regalo de cumpleaños y a la vez de Navidad para su esposa, y que la orquesta ofreció en una versión intermedia entre la quincena de músicos que la estrenaron y la voluminosa plantilla con la que brilla en manos de una Sinfónica. Esta delicada pieza se abordó con una insufrible tendencia a la ñoñería, merced a una cuerda flácida y mortecina, especialmente en el registro agudo, apenas superada en los momentos de mayor intensidad emocional. En manos del entusiasta Michael Thomas la pieza sobrepasó el nivel de sensiblería, sin entender ni su sustancia ni su alcance emocional. El dulzón cuarteto con clarinete que sirvió de propina demostró que por separado la concertino tiene un considerable talento.

Fueron los pasajes más enérgicos los que mejor parados salieron, de manera que tras una introducción endeble y sin misterio, el resto de la Sinfonía nº 4 de Beethoven logró convencer con una acertada combinación de júbilo y ternura, unos vigorosos tutti y un voluptuoso empleo del timbal, si bien faltó una mayor profundidad emocional. El concierto coincidió con unos talleres infantiles que se desarrollan en paralelo a las actividades de sala; una feliz idea de la nueva gerencia de la Sala Turina, que añade a una cada vez más completa oferta musical. El lleno de este concierto debería motivar para seguir trabajando duro y conseguir resultados más depurados en un corto plazo. Insistimos en que los programas de mano deberían incluir una relación de los músicos que integran la orquesta, para que vayamos distinguiéndolos; la presentación uno a uno por parte del director no alcanza a cumplir este cometido.

sábado, 24 de octubre de 2015

EXPERIMENTOS DISFRAZADOS DE AUDACIA EN EL FESTIVAL DE GUITARRA DE SEVILLA

VI Festival de la Guitarra de Sevilla. Cine para Guitarra: “Another Troy for Her” de Thomas Csaba ilustra “El gabinete del Doctor Caligari”, jueves 22. “Electrifying Stories” de Israel Sandoval ilustra “Tiempos modernos”, viernes 23. Sala Joaquín Turina, octubre 2015

Thomas Csaba
Hay que reconocer el mérito del excelente guitarrista sevillano Francisco Bernier de en apenas unos años colocar un festival como éste en la agenda de la ciudad, logrando apoyos institucionales y privados y sacando adelante con esfuerzo y mucha dedicación un sello discográfico dedicado al instrumento, la plana mayor de cuyos artistas se ha convocado en esta sexta edición del certamen. Cabe también destacar el concurso internacional que se celebra en el seno de este festival y del que han salido talentos como Thomas Csaba.

Este año se ha incorporado una original propuesta a la programación, proyectar películas mudas acompañadas de guitarra en directo a través de un discutible experimento bautizado como Cinema Dreams. La cumbre del expresionismo alemán El gabinete del Doctor Caligari de Robert Wiene contó con la aportación de Csaba, que adaptó a la proyección los temas incluidos en su última grabación para el sello de Bernier huyendo del cliché clásico de la sincronización y potenciación de las imágenes, como hacían los artesanos pianistas de la época. Podría haberse al menos optado por reflejar el espíritu de los personajes y situaciones planteadas en la película; por el contrario el peaje a pagar fue una total desvinculación entre imagen y sonido, incluyendo infidelidad al drama y despojo de tensión. Otra cosa fue el buen oficio del guitarrista francés desgranando piezas de Britten, Takemitsu y Maw con un toque relajado y meticuloso, muy atento a matices y acentos.

Una iconográfica imagen del film de Chaplin
Tiempos modernos no es exactamente una película muda, como tampoco lo es, por ejemplo, The Artist. Casi una década después de la aparición del cine sonoro Chaplin prefería seguir rodando a la antigua usanza, pero sin prescindir de una banda sonora que incluyera efectos de sonido y música, una espléndida partitura que él mismo silbó al compositor y arreglista David Raksin. En esta película además se pudo escuchar por primera vez la voz del cómico, cantando Titine. Nada de eso se respetó en un film ofrecido por lo tanto mutilado y sin títulos de crédito. Su magia, actualidad y comicidad siguen milagrosamente intactos, convocando a un público numeroso y entregado, lo que si duda asegura una mayor promoción del producto. La interpretación musical de Israel Sandoval no molestó por su carácter amable y distendido, afrontado con un estilo de jazz clásico tan personal como deudor de Ritenour o Metheny. Pero temas como My favourite things de Rodgers o Prelude to a kiss de Ellington (ni rastro de Smile, el popular standard de la película) poco o nada aportan a las imágenes. Fue como ver la cinta con el sonido bajado y escuchar un disco ajeno a la vez, ni más ni menos.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el domingo 25 de octubre de 2015

domingo, 13 de septiembre de 2015

HOPPE, VARDÁI Y HOFFMAN: AMBIENTE SOLEMNE Y CONTENIDO EN EL FESTIVAL TURINA

5º Festival Internacional de Música de Cámara Joaquín Turina. Esther Hoppe, violín. István Vardái, cello. Benedicte Palko y Beng Forsberg, piano. Gary Hoffman, cello. Programa: Trío para violín, cello y piano en Si bemol D898, de Schubert; El Jueves Santo a medianoche Op.2, de Turina; Sonata para cello y piano en re menor H125, de Bridge.
Sala Joaquín Turina, viernes 11 septiembre 2015

Esther Hoppe
La oferta del Festival Turina del viernes incluyó la consabida pieza del compositor sevillano junto a dos monumentales obras de compositores en los extremos del romanticismo musical, el incipiente representado en Schubert y el tardío con injerencias modernistas de Bridge. Un ambiente recogido y contenido en el que la excelente calidad de los intérpretes convocados se vio reforzada por el magisterio y la personalidad del violonchelista canadiense Gary Hoffman.

El Trío con piano D898 de Schubert es una obra repleta de melodía y detalle, en la que la joven violinista suiza Esther Hoppe sometió su talento y habilidad a las exigencias de una pieza que combina lirismo y serenidad en su primer movimiento, para derivar en el scherzo en pura chispa y robustez merced al violonchelista húngaro István Vardái, quizás algo corto y menos contundente en los registros más graves. Una interpretación que se benefició de la ligereza y la fluidez que supieron insuflarle los artistas, a lo que no fue ajena Palko, que con su pianismo contribuyó al carácter amable y equilibrado de la obra, lográndose en general una muy adecuada sensación general de ensoñación. Los acordes familiares pero austeros que introducen el Jueves Santo a medianoche de Turina, encontraron en Hoffman el equilibrio exacto para no derivar en el postizo en que corre el peligro de convertirse. A partir de ahí el dechado de lirismo del violonchelista fluyó con acierto y generosidad para convertirla en una versión de referencia de la pieza.

István Vardái
La poco divulgada Sonata para cello y piano del compositor británico Frank Bridge fue abordada por Hoffman y Forsberg con un derroche de misticisimo sólo enturbiada con la incomodidad que evidenció el canadiense por falta de iluminación, sin que nadie en la organización se dignara a atender. La pieza transita entre la tonalidad del allegro inicial, resuelto con amplias dosis de lirismo, generoso sentido del romanticismo y un sonido denso y maleable, suave como el visón; y los tortuosos cromatismos del adagio que los intérpretes no acertaron a reflejar. Su estética continuó estando más cerca del lirismo romántico que del más indicado ácido y agitado de este segundo movimiento, no obstante acabar revelándose una interpretación suficientemente satisfactoria.

jueves, 10 de septiembre de 2015

JAN DEPRETER Y BENGT FORSBERG: LOS LUJOSOS APERITIVOS DEL FESTIVAL TURINA

5º Festival Internacional de Música de Cámara Joaquín Turina

Jan Depreter, guitarra. Programa: Sonata nº 1 BWV1001 de Bach, obras de Depreter y obras completas para guitarra de Turina. Casa de Pilatos, lunes 7 septiembre 2015

Beng Forsberg, piano. Isa Gericke, soprano. José Luis Estellés, clarinete. Nicolas Dautricourt y Kristóf Baráti, violines. Alberto Rodríguez Herrero, viola. Salvador Bolón Edo, cello. Programa: Piezas y canciones de Bach, Hurum, Rangström, Grainger, Sibelius, Schubert, Albéniz y Korngold. Sala Joaquín Turina, miércoles 9 septiembre 2015

Jan Depreter
El Festival Turina, imprescindible para paliar la alarmante escasez de música de cámara que hay en nuestra ciudad, logró alcanzar su quinta edición, no sin mucho empeño y dificultad. Como es habitual en esta celebración bienal, varios son los conciertos que preceden la inauguración oficial del certamen, algunos de ellos protagonizados por jóvenes músicos, y otros, los aquí reseñados, por artistas consagrados, auténticas perlas de la interpretación musical como el guitarrista belga Jan Depreter y el pianista sueco Bengt Forsberg, habitual acompañante de la mezzo Anne Sofie von Otter.

Bengt Forsberg
El primero compareció ante un público íntimo y atento con un cuarto de hora de retraso y una desafortunada presentación leída que poco dignificó al artista. Una transcripción completa de la primera de las suites de Bach para violín inició la velada, que Depreter convirtió en remanso de paz merced a una ejecución detallista que dejó admirar su extraordinaria riqueza polifónica. Varias piezas del propio intérprete, sentimentales, melancólicas y muy bien estructuradas, dieron paso a las obras completas para guitarra de Turina, coincidiendo con la edición hace sólo unos meses de su propia grabación. Apenas media hora condensada en cinco piezas de un color irresistiblemente andaluz, una gramática guitarrista imbricada gracias a las aportaciones (salvo en Ráfaga) de Andrés Segovia, su dedicatario, y una especial tendencia a universalizar su lenguaje musical y no quedarse en el mero folclore, todo lo cual supo extraer Depreter en una interpretación impecable y sensual, tanto técnica como expresivamente. Al final se atrevió incluso con Vicente Amigo en perfecto estilo, luciendo en las presentaciones un perfecto acento castellano. 

Isa Gericke
El de Forsberg y sus acompañantes fue uno de esos conciertos que justifican porqué nos gusta tanto la música, lo que hizo incomprensible lo desangelada que estuvo la sala. ¿Dónde estaban los melómanos sevillanos que dejaron pasar un programa tan variado y atractivo ejecutado con tanto cariño y sensibilidad? La soprano noruega Isa Gericke envolvió con una voz amplia y generosa un primer bloque de atmósfera nórdica, evocadora y romántica. Lástima que su timbre poderoso y brillante resultara algo estridente en pasajes que demandaban más intimidad y delicadeza. Destacó como el clarinetista José Luis Estellés en El pastor en la roca de Schubert y cumplió en la tercera de Las canciones del adiós de Korngold que dio paso al Quinteto del padre del sinfonismo cinematográfico, cuyo adagio se inspira en ella. Una obra de corte expresionista que contó con una interpretación enérgica y contundente por parte del cuarteto de cuerda creado ex profeso para la ocasión. Forsberg acompañó en todas las disciplinas con perfecto acoplamiento y atención al detalle; sin embargo como solista se reveló técnicamente imperfecto, si bien expresivamente profundo, emotivo y reflexivo, como demostró en To a Nordic Princess del popular Percy Grainger y especialmente en Almería de Albéniz.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

domingo, 21 de junio de 2015

DÍA DE LA MÚSICA Y LA JOVEN ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA: GENEROSA APUESTA POR EL FUTURO

Joven Orquesta Barroca de Sevilla y Solistas de la OBS. Valentín Sánchez, director. Programa: El barroco más joven (Sinfonía en Re mayor, de Avondano; Concerto III a più strumenti dall opera quinta, de dall'Abaco; Concierto para violín en Si menor RV 386, de Vivaldi; Divertimento en Fa mayor K 138, de Mozart). Sala Joaquín Turina, sábado 20 de junio de 2015

La Barroca de Sevilla fue de nuevo la oferta estrella en las celebraciones del Día de la Música, y lo hizo significativamente con una generosa apuesta por el futuro de la formación musical. El encargado de hacer realidad este proyecto, Valentín Sánchez, advirtió del esfuerzo de los jóvenes intérpretes al encarar este programa justo en época de exámenes. Sea por esto, o porque todavía están en fase de rodaje y les queda mucho recorrido, los resultados fueron irregulares, aunque no por ello debamos dejar de reconocer el alto nivel de disciplina y responsabilidad alcanzado.

Un estilo italiano homogéneo recorrió la casi una hora de concierto. De la Sinfonía en Re mayor de Pedro Antonio Avondano, compositor y violinista portugués de origen italiano, se ofreció una versión vigorosa y bien ensamblada, con dinámicas muy controladas y una energía considerable. De la abundante obra de Evaristo Felice dall'Abaco, muy popular a principios del siglo XX pero ensombrecido tras el redescubrimiento de Vivaldi, se eligió un concierto en el que destacó Adriana Puentes al violín, a pesar de puntuales deslices e inseguridades que auguramos resolverá muy pronto. El tercero de los Divertimenti de Mozart, de notoria influencia italiana, no alcanzó la ligereza y el encanto que le caracteriza, resultando más bien algo tosco y anquilosado.

Entre los puntales de la Barroca convocados para la ocasión, como Ventura Rico, Alejandro Casal o María Ramírez, destacó Alexis Aguado en los solos del Concierto RV 386 de Vivaldi, por su destreza, lirismo y virtuosismo, si bien evidenció debilidades para alcanzar las notas más agudas en uno de los últimos conciertos del compositor, lleno de acentos y figuraciones que el solista defendió con considerable creatividad. Una curiosa versión barroquizada del Submarino Amarillo de los Beatles puso final a la fiesta; ahora el reto está en el intercambio con estudiantes de otros países europeos, enriqueciendo así la experiencia de estos jóvenes valores.

martes, 2 de junio de 2015

LA FURIA GALANTE DE LA BARROCA DE SEVILLA CON AMANDINE BEYER

Orquesta Barroca de Sevilla. Amandine Beyer, directora y concertino. Programa: El Parnaso francés (Scylla y Glaucus. Tragédie y Concerto Op. 7 nº 5, de Leclair; Concerto comique nº 25 "Les Sauvages et La Furstemberg", de Corrette; L'Europe Galante, de Campra; y Alcyone Suite, de Marais). Sala Joaquín Turina, lunes 1 de junio de 2015

Hace tres años que no escuchábamos a Amandine Beyer en Sevilla, cuando actuó junto a Gli Incogniti en el Femás de 2012. Ahora se ha puesto por primera vez al frente de la Orquesta Barroca para reafirmar el carácter jovial, enérgico e impetuoso que la formación ya tiene, y que informa el temperamento divertido y elocuente de la afamada violinista francesa.

Bajo el brazo un programa exclusivamente integrado por compositores franceses del dieciocho, con el peligro de caer en la monotonía inherente a un parnaso. Con Luis XV y la Capilla Real como telón de fondo, las piezas seleccionadas evocaron fundamentalmente aquellas mastodónticas óperas-ballet de tema mitológico tan de moda en la época, a través de suites integradas por algunos de sus muchos números instrumentales. Del virtuoso del violín Jean-Marie Leclair los músicos bordaron una generosa selección de su única ópera, Scylla y Glaucus, brillando especialmente la furia desatada de los Air de Demons. Suyo fue también el excelente Concierto Op. 7 nº 5 que permitió salirse de la estética dominante con un aire italianizante que Beyer tradujo en una exquisita y atlética exhibición de virtuosismo al violín. Mucha furia, siempre in forte, se extrajo también del último concierto cómico del prolífico Michel Corrette.

Artífice de la renovación de la ópera francesa junto a Rameau y Lully, de Campra se ofreció su título más representativo, L’Europe Galante, alternando números enérgicos y sutiles danzas, a pesar de una fallida introducción en la que las familias instrumentales no se compenetraron tan bien como en el resto del programa. Una suite de Alcyone de Marin Marais redondeó la velada, con movimientos rápidos y controlados, como en la Tempestad o la Marcha de los Marineros. Que el conjunto luciera casi al completo y se entendiera tan bien con la concertino influyó para que el resultado fuera tan estimulante.

Versión extensa del artículo publicado en El Correo de Andalucía el 3 de junio de 2015

lunes, 1 de junio de 2015

RICHES D'AMOUR, DIGNIFICANDO AL TROVADOR

Riches d'Amour: Alberto Barea, organeto, clavicémbalo, cromorno. Carmen Hidalgo, viella tenor y viola de arco. Programa: A la manera antiqua (obras de Landini, Machaut, Cornago, Morales y otros). Sala Joaquín Turina, domingo 31 de mayo de 2015

Alberto Barea y Carmen Hidalgo llevan mucho investigando la música medieval y renacentista fundamentalmente española, tanto composiciones, autores, códices y manuscritos, la manera de acercarse a ellos interpretativamente, y el trabajo con los instrumentos, llegando a almacenar un gran número de réplicas exactas a partir de su representación iconográfica en cuadros y esculturas. Su compromiso con el máximo rigor y seriedad posibles les ha llevado a fundar su propio grupo, al margen de otros de los que han formado parte o siguen haciéndolo, como Quarti Toni o Artefactum.

Desnudos, sin la colaboración de compañeros como el percusionista Álvaro Garrido o el laudista Aníbal Soriano, que les han arropado en otras ocasiones, propusieron en las primeras andanzas de la Sala Turina tras su nueva gestión por el ICAS, un viaje cronológico por la música anterior y posterior a la corte de Alfonso V El Magnánimo. Música polifónica medieval que partió de un Ave Regina Virginum que sirvió para trasladarnos en el tiempo a través del carismático sonido del cromorno; continuó con el Ars Antiqua en dos cantos sacros del Códice del Monasterio Cisterciense de Las Huelgas, Ars Nova italiano de la mano de Francesco Landini, el más importante músico del trecento italiano, y francés con Guillaume de Machaut, cuya balada de amor cortés Riches d’amour et medians d’amie tanto cautivó al conjunto que decidieron tomar de ella su nombre. La travesía continuó con el Manuscrito Buxheimer de tecla alemana del s. XV, desembocando en el Renacimiento con canciones profanas tan hermosas como ¿Dónde estás que no te veo? del franciscano Juan Cornago, Passeavase el Rey Moro de Luis de Narváez y De Antequera sale el Moro de Cristóbal de Morales.
 
Las armas, un delicado tañer a la viella y una viola de gamba primitiva extraída de una pintura conservada en Játiva, y ese gran corazón que le atribuye a Carmen Hidalgo la página web del grupo como único medio posible para extraer tanta belleza de tan significativo repertorio, más el canto dulce de tenor en un registro agudo extremo y la versatilidad al organeto y clavicémbalo del siempre elocuente, didáctico y simpático Alberto Barea, así como la voz también aterciopelada de su compañera. Una pieza del Llibre Vermell de Montserrat puso la guinda a tan relajante y estimulante sesión.
 
Versión completa del artículo publicado en El Correo de Andalucía el 2 de junio de 2015

sábado, 23 de mayo de 2015

Mª ESTHER GUZMÁN Y UNA BÉTICA DE CÁMARA QUE VA LEVANTANDO EL VUELO

8º concierto de abono de la Orquesta Bética de Cámara. María Esther Guzmán, guitarra. Michael Thomas, director. Programa: Suite nº 1 de las Antiguas Danzas y Arias, de Respighi; Concierto para guitarra Op.99, de Castelnuovo-Tedesco; Cinco danzas gitanas Op.55, de Turina; Ma mère l'oye, de Ravel. Sala Joaquín Turina, viernes 22 de mayo de 2015

La sana proliferación de nuevas orquestas aparecidas en el panorama sevillano está naturalmente ampliando el repertorio de música al alcance del melómano para ser disfrutada en directo, con programas tan exquisitos y estimulantes como los que diseña Michael Thomas para una recuperada Orquesta Bética que, inexplicablemente, aún no ha encontrado el público que garantice su conveniente estabilidad.

Tras el precioso programa en torno a la poesía y la guerra con el que despertó la Sala Joaquín Turina tras su rescate por el ICAS, no menos hermoso fue el de este viernes, con músicas raramente programadas de Turina, Respighi y Castelnuovo-Tedesco. De éste, maestro de maestros de la música de cine, de Rózsa a Williams pasando por Mancini, se interpretó el Concierto para guitarra que le inspirara su encuentro con Andrés Segovia. Para ello se contó con una solista de lujo, Mª Esther Guzmán, que salvó con destreza sus líneas melódicas y con maestría sus íntimas y muy expresivas cadencias, mientras como propina ofreció un delicado arreglo en estilo Tárrega del Tema de Lara de Maurice Jarre.

Thomas, que siguió a la solista con respeto y atención, ofreció antes unas sólidas y robustas Arias y danzas de Respighi recopiladas del renacimiento italiano, menos populares pero más vivaces que las de la suite nº 3, con mención especial para el primer chelista. Menos lograda estuvo la segunda parte, con unas Danzas gitanas de Turina rutinarias y poco sensuales, a pesar de las buenas prestaciones de la concertino en la Danza de la seducción. A una abreviada Mi madre la oca, sin interludios, le faltó vuelo lírico y carácter onírico. No obstante la orquesta está alcanzando un nivel técnico impecable, por lo que quizás vaya siendo hora de enfrentarla a otras batutas, sin menospreciar a su director artístico, que vayan moldeando su necesaria flexibilidad. Prueba de sus escasos recursos fueron ese piano y clave sintetizados y a pesar de ello muy convincentes.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el domingo 24 de mayo de 2015

domingo, 19 de abril de 2015

LA BÉTICA DE CÁMARA, POÉTICA MUSICAL DE UNA GUERRA: UNA NUEVA ETAPA EN LA SALA JOAQUÍN TURINA

7º concierto de abono de la Orquesta Bética de Cámara. José Manuel Martínez Melero, violín. Robert León, narrador. Michael Thomas, director. Programa: Serenata Op.20, de Elgar; The Lark Ascending, de Vaughan-Williams; Berceuse, de Debussy; Noche transfigurada, de Schönberg (arr. Thomas). Sala Joaquín Turina. Sábado 18 de abril de 2015

Thomas dirigiendo
Hemos apuntado en otras ocasiones el cariño que deposita este conjunto, sobre todo su director, en los programas que acomete; muy especialmente cuando se combina poesía y música como en esta ocasión, con un marcado acento británico planeando durante todo el concierto. La Bética volvió con esta cita al Teatro de la calle Laraña, inaugurando una nueva etapa dirigida por el Ayuntamiento, que de momento recupera la programación que Cajasol dejó a la deriva, mientras va ideando una ambiciosa nueva temporada en la que la sala podría convertirse en crisol de otras iniciativas de la ciudad, por lo que le auguramos fortuna en su empeño.

Este séptimo concierto de temporada, que se repitió el domingo en Alcalá, se centró en músicas elegíacas y reflexivas acompañadas de lecturas enérgicas de poesías en torno a la centenaria Gran Guerra, a cargo del hispanista Robert León en su lengua vernácula, mientras en una pantalla se visualizaba la traducción ilustrada con fotografías de la tragedia. The Soldier, de Rupert Brooke, dio paso a la hermosa Serenata para cuerdas de Elgar, con la que la orquesta acertó a evocar su atmósfera pastoril, serena y luminosa, destacando la labor de la cuerda grave. El envolvente Ascenso de la alondra de Vaughan-Williams vino acompañado del poema de Meredith George que lo inspiró, ofreciendo a José Manuel Martínez Melero, concertino de la orquesta, la oportunidad de lucirse con sus complicados e imaginativos trinos de manera tan sutil como concentrada. Su evidente esfuerzo y notables resultados se hicieron eco también en la propina, el primer movimiento de la Sonata nº 2 de Ysaye, Obsesión.

José Manuel Martínez Melero e Israel Martínez
Berceuse héroique, ofrenda patriótica de Debussy dedicada a las tropas belgas, inauguró la segunda parte, con más efectivos que potenciaron su carácter trágico y melancólico, aunque abusando de una pompa que el compositor aborrecía. Una nueva orquestación de Noche transfigurada a cargo del propio Michael Thomas, con vientos, metales y maderas doblando a la cuerda exclusiva de la original de Schönberg, completó el programa. Su muy complicada arquitectura contó con un trabajo exhaustivo que tuvo sus más y sus menos, echándose en falta una mayor delicadeza y dosis de lirismo, propiamente transfigurando su estética poética hacia otra dramática y combativa más acorde con el acontecimiento evocado. La dedicación que director y solista prestaron a sus compañeros y compañeras, que merecen más atención de público y medios, sigue sin tener eco en un programa de mano que desprecia sus créditos; mientras ver en los atriles de la orquesta a intérpretes de la talla de Israel Martínez o Leo Rossi demuestra que la suya es una carrera en ascenso, y un orgullo para una ciudad que pasa así en veinte años de casi no tener un conjunto estimable a contar con varios.

viernes, 27 de marzo de 2015

EUSKAL BARROKENSEMBLE Y ROCÍO MÁRQUEZ: UNA INFRUCTUOSA BÚSQUEDA DE RAÍCES

32ª Edición Festival de Música Antigua de Sevilla. Euskal Barrokensemble. Rocío Márquez, voz. Miren Zeberio, violín. David Chupete, percusión. Pablo Martín Caminero, violone. Enrike Solinís, guitarra y dirección. Programa: El amor brujo 1715. Sala Joaquín Turina, jueves 26 de marzo de 2015

Rocío Márquez
Siempre hemos aplaudido la saludable iniciativa del Femás de ofrecer propuestas eclécticas que se salgan del planteamiento original del certamen, pero de ahí a ofrecer tantas como lo ha hecho la presente edición podríamos tildarlo ya de abuso. Wild Chain nos ofrecieron unos carmina burana heavy, Accademia del Piacere se fusionó con la danza contemporánea, Enrico Pieranunzi y Vicente Parrilla mezclaron barroco y jazz, Eric Hoeprich interpretó la 41 de Mozart con clarinete, y aún hubo más, demasiado. En esta corriente de experimentación y creatividad debemos también situar esta propuesta de Enrike Solinís y el conjunto que lidera.

No deja de resultar curioso que sea precisamente una formación vasca la que se encargue de bucear entre las posibles fuentes musicales del nacionalismo español, acompañando a una cantaora de éxito como Rocío Márquez en la arriesgada empresa, que se presentaba a priori muy inquietante. El resultado sin embargo fue tan forzado como falto de inspiración y rigor, a lo que añadimos una interpretación desequilibrada que desembocó a nuestro juicio en momentos previsibles y otros incluso mortecinos. Por separado Enrike Solinís exprimió las posibilidades de la guitarra barroca al máximo, extrayéndoles sonoridades eminentemente españolas, muy próximas a sus ídolos de juventud, Amigo o de Lucía; Márquez exhibió una voz rica en matices y modulaciones, alejada de los parámetros del flamenco clásico y discreta en temperamento, brillando especialmente en unos pianissimi estremecedores. Y Miren Zeberio destacó en versatilidad y profunda musicalidad en sus solos al violín. Pero el bajo de Caminero fue esquemático y ramplón en sus recreaciones jazzísticas, y la percusión de Chupete demasiado sutil para un programa que demandaba más visceralidad.

Caminero, Solinís y Chupete a la izquierda
El ejercicio de casar danzas y registros barrocos con pasajes de El amor brujo de Falla y el Concierto de Aranjuez de Rodrigo nos convenció poco en un programa difícil de seguir por el desorden al que se le sometió, marca de la casa según un agradecido Solinís. La música fluyó en ocasiones forzada, con una Danza del fuego húngara o una Canción del fuego fatuo a ritmo de chacona entre lo más conseguido, dentro de un conjunto que aunque a nosotros nos pareció desangelado, contó con el aplauso casi unánime de un público encantado.

Publicado en El Correo de Andalucía el 28 marzo 2015

lunes, 16 de marzo de 2015

FEMÁS 2015: HIPPOCAMPUS, DOSCIENTOS AÑOS EN PANTALLA PARTIDA

32ª Edición Festival de Música Antigua de Sevilla. Hippocampus. Alberto Martínez Molina, dirección. Rachel Elliott, soprano. Jesús M. García Aréjula, barítono. Programa: Entre Gigantes (Bach y Cabezón: Arias y fugas, tientos y glosados). Sala Joaquín Turina, domingo 15 de marzo de 2015

Cuando era adolescente se estrenó una endeble pero entrañable película musical protagonizada por Olivia Newton John y Gene Kelly titulada Xanadú. En uno de sus muy kitsch números musicales, el veterano bailarín y el galán de la cinta fabulaban sobre cómo debía ser el espectáculo de inauguración de la discoteca que daba título al film. Una big band de los años 40 se alternaba así con una banda rock de los 80, fusionándose al final. Salvando naturalmente las enormes distancias, esto fue lo que se me antojó con una de las propuestas más refinadas y exquisitas del presente festival, con la que Alberto Martínez Molina volvió a deleitarnos tras hacerlo el año pasado junto al violinista Hiro Kurosaki, esta vez acompañado de su grupo Hippocampus.

Doscientos años separan a Antonio de Cabezón, músico de la corte de Felipe II, y el inimitable Johann Sebastian Bach. El órgano, la polifonía y el contrapunto les unía; el viaje de dos años del español por tierras centroeuropeas pudo dejar su huella e influir en el alemán. Así lo quiso poner de relieve el conjunto, con una estructura de concierto quizás un poco rígida pero muy efectiva para el propósito perseguido, y desde luego henchida de un encanto y un buen gusto envidiables. Tientos y canciones glosadas del primero se fueron dando la mano con arias y fugas del segundo, a través de una orquesta dividida en dos a cada lado del escenario, como si de una pantalla dividida de esas que tanto gustaban a Brian de Palma se tratara. Barrocos a la izquierda, renacentistas a la derecha, cada uno aprovechó su momento exhibiendo enorme musicalidad y delicadeza, destacando entre los primeros la cuerda grave y el oboe de Xavier Blanch, encargado de potenciar el color de las arias escogidas de Bach, y de los segundos las vihuelas y el sonido sedoso de Laura Puerto al arpa de dos órdenes. Clave y órgano ocuparon el centro y se encargaron de suavizar las transiciones y dar homogeneidad al conjunto.

En la parte vocal, los roles se intercambiaron e incluso interactuaron, con la voz pequeña pero muy en estilo, dulce y bien modulada de Rachel Elliott, enriquecida con la más hercúlea, flexible y segura de García Aréjula. La apoteosis final, esa fusión con la que terminaba Dancin’ de Xanadú, llegó de la mano de la propina, el duelo final de la Cantata no. 53 de Bach, a la que se unieron los instrumentos renacentistas porque, en palabras de un agradecido y elocuente Martínez Molina, ellos pueden.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

sábado, 14 de marzo de 2015

FEMÁS 2015: ERIC HOEPRICH Y LA TEMPESTAD, MOZART DE CÁMARA CON PLANTEAMIENTO SINFÓNICO

32ª Edición Festival de Música Antigua de Sevilla. La Tempestad. Silvia Márquez, dirección. Eric Hoeprich, clarinete. Programa: Obertura de Don Giovanni, Quinteto para clarinete y Sinfonía No. 41 "Júpiter" de Mozart. Sala Joaquín Turina, viernes 13 de marzo de 2015

Hoeprich con un clarinete di bassetto
Mozart dedicó sus dos sublimes piezas para clarinete, el Quinteto y el Concierto, al virtuoso Anton Stadler, para quien concibió largas melodías de estilo arioso. Precisamente uno de los conjuntos fundados por el clarinetista y lutier norteamericano Eric Hoeprich es el Trío Stadler, integrado por clarinetes tenores di bassetto, que tras mucho tiempo en desuso hoy disfrutan de una nueva vida gracias a la interpretación revisionista, y con uno de los cuales acudió a esta cita ineludible con el público del Femás. Considerado una autoridad en la interpretación históricamente informada, su colaboración con La Tempestad ofrecía además el aliciente de incluir otras obras mozartianas de corte sinfónico reducidas a arreglos camerísticos y ofrecidas con un planteamiento de concierto de abono sinfónico, introducido por una obertura, seguido de obra con solista y concluido en su segunda parte con una sinfonía.

De Hoeprich obtuvimos lo esperable, un control absoluto del instrumento, de la respiración y de la ornamentación, sin excesos ni aspavientos, con la sencillez y la facilidad que sólo logran los grandes. Mantuvo un tono conmovedor y una indiscutible musicalidad a lo largo de todos los registros del instrumento, arropado en el Quinteto por una cuerda alegre y despreocupada pero sin el empaste necesario; incluso acusó desequilibrio en los pasajes dialogados con un primer violín, Cibrán Sierra, demasiado temperamental y volcado en mantener en todo momento un lirismo exacerbado. En la propina el siempre agradecido andante del Concierto para clarinete sonó lírico y ensoñador.

La Tempestad
No cabe duda de que Márquez dirigió al conjunto, pero su gesto era más de control que de dirección, lo que hizo innecesaria su colocación de espaldas al público, incidiendo en un fortepiano prácticamente inaudible. Atravesado frente al conjunto, como es habitual, hubiera cumplido mejor su cometido. El arreglo de Joseph Küffner de la Obertura de Don Giovanni sonó endeble en la introducción y briosa en el desarrollo, mientras la adaptación de la propia Márquez y Antonio Clares de la Sinfonía nº 41, incluida en el trabajo Mozart infrecuente del grupo, al estilo de las reducciones que Johan Peter Salomon realizó de las sinfonías de Londres de Haydn también grabadas por ellos, fue todo un acierto, captando todos los matices y estados de ánimo de la pieza, sin prescindir de su expresividad y musculatura gracias a un excelente trabajo de la cuerda grave. Para suplir los timbales contamos con las molestas patadas en el suelo del inquieto Sierra. Las maderas por el contrario quedaron reducidas a la flauta de Guillermo Peñalver, curiosamente un instrumento que Mozart apreciaba poco pero que obtuvo del músico de la Barroca un resultado exquisito y absolutamente adecuado.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 15 marzo 2015

sábado, 7 de marzo de 2015

FEMÁS 2015 ARRANCA DESDE EL SUR DE ITALIA CON PINO DE VITTORIO Y LABORATORIO '600

32ª Edición Festival de Música Antigua de Sevilla. Pino de Vittorio & Laboratorio '600 (Ilaria Fantin, archilaúd; Katerina Ghannudi, arpa barroca; Franco Pavan, tiorba, guitarra battente y dirección musical). Programa: Il canto del Sud (Sicilia y las dos Calabrias entre los siglos XVI y XVII). Sala Joaquín Turina, viernes 6 de marzo de 2015

A lo largo de estos treinta y dos años de la cita sevillana con la música historicista pocas ocasiones nos han acercado al folclore ancestral de otros países de nuestro entorno. La comparecencia de Pino de Vittorio y el grupo especializado con el que ha grabado su último trabajo discográfico, Laboratorio '600, en el que se recoge parte del repertorio interpretado en este concierto, ha venido a paliar en cierto grado esta carencia.

Con la voz apreciablemente deteriorada desde que le escucháramos en su primer disco, Le tarantelle del Gargano, centrado en su Puglia natal, de Vittorio hizo sin embargo gala de su capacidad para transmitir combinando su doble faceta de actor y músico. La pérdida de tersura y flexibilidad de su voz no impidió por lo tanto conectar con un público entusiasmado, por más que la magia tardara en arrancar hasta que la brillante Tu rinnina, un canto tradicional de Sicilia, sentara ya las bases de la propuesta, sus ritmos sincopados y obsesivos, sus cadencias repetitivas y ese particular toque del tenor para exhibir temperamento, así como para exprimir el lamento que encierran muchas de estas melodías del pasado sureño de Italia que también es nuestro. Un viaje por todo el pie de la bota, desde Puglia a Sicilia pasando por Calabria, con escalas fascinantes en una Canzone araba de reminiscencias bizantinas tan propias de esa tierra de nadie y a la vez de todos, que el toque delicado y seguro de Franco Pavan y su conjunto aprovecharon al máximo. Antes lograron fascinar con una pieza repleta de elocuentes disonancias, la Siciliana per E conservada en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán.

De Vittorio, Pavan, Ghannudi y Fantin
Otro momento para la memoria fue Occhi turchini, canto tradicional de Calabria con raspeado de guitarra que debió influir en Morricone a la hora de componer algunas de sus bandas sonoras para el spaguetti western. La ternura con la que de Vittorio entonó un par de nanas o ninnananne, contrastó con la energía y la vitalidad desplegadas en las tarantellas seleccionadas para la ocasión. Prometía ser un concierto monótono y monocorde, y sin embargo resultó ameno y muy ilustrativo. El dominio español de la época quedó evidente en las propinas, mientras si no hubiera sido por esa voz carrasposa de Pino de Vittorio y su elevado grado de afectación en algunos números, el espectáculo podría haber resultado redondo.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el 8 de marzo de 2015