USA 2016 129 min.
Dirección Jon Chu Guión Ed Solomon y Pete Chiarelli Fotografía Peter Deming Música Brian Tyler Intérpretes Mark Ruffalo, Woody Harrelson, Jesse Eisenberg, Dave Franco, Lizzy Caplan, Morgan Freeman, Michael Caine, Daniel Radcliffe, Jay Chou, Tsai Chin, Henry Lloyd-Hughes, Sanaa Lathan, David Warshofsky, Richard Laing Estreno en Estados Unidos 10 junio 2016; en España 22 julio 2016
Podríamos reproducir lo que escribíamos hace justo tres años a propósito de la primera entrega de esta nueva franquicia que amenaza con convertirse en saga, y sin embargo aquella nos gustó y entretuvo bastante, mientras ésta nos ha parecido un bodrio en toda regla. Y eso a pesar de que repite las mismas constantes y reproduce idéntico esquema y personajes, pero lo que antes era novedoso y trepidante, con un manejo del sentido de la espectacularidad realmente encomiable, ahora se ha convertido en pura rutina, dejándose todo a merced de un guión caprichoso, farragoso hasta el desinterés más absoluto, y unos efectos visuales que reproducen unos trucos completamente inverosímiles, con lo que la cinta pierde todo el carácter de tributo a la magia que contenía su predecesora, lo que no impedía que también exigiese del público una buena dosis de credulidad. Las espectaculares puestas en escena y su excelente reparto, en el que se incluye seguramente como broma un Harry Potter villano y objetivo de los supuestos ingenios de los magos protagonistas, no son suficientes para generar un mínimo de interés a una platea que acude estupefacta a una sucesión de tonterías al servicio de una historia que pretende enrollarse como si fuera ingeniosa, y que no es más que tramposa y llena de imposturas. Curtido en cine musical para adolescentes (Justin Biber, Step Up, Jem y los Hologramas) y acción fantástica de serie B (G.I. Joe), Jon Chu no puede emular la habilidad de su predecesor Louis Leterrier, en este indigesto cruce nada disimulado de Ocean’s Eleven, aunque se agradezca que no contenga las chulerías de los films de Soderbergh y Clooney, y los últimos James Bond, pero primando siempre el disparate por encima del rigor narrativo y formal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario