USA 2016 117 min.
Dirección Steven Spielberg Guión Melissa Matheson, según el cuento de Roald Dahl Fotografía Janusz Kaminski Música John Williams Intérpretes Mark Rylance, Ruby Barnhill, Penelope Wilton, Jemaine Clement, Rebecca Hall, Bill Hader, Rafe Spall, Adam Godley, Matt Frewer, Ólafur Darri Ólafsson, Hais Sutherland, Michael Adamthwaite Estreno en el Festival de Cannes 14 mayo 2016; en Estados Unidos 1 julio 2016; en España 8 julio 2016
El nombre de Roald Dahl, de quien este año se celebra el centenario de su nacimiento, está indefectiblemente ligado al cine y la televisión, desde que escribiera varias de las historias de la mítica serie Alfred Hitchcock presenta, adaptara a Ian Fleming en Chitty Chitty Bang Bang y Solo se vive dos veces, o escribiera la adaptación de un thriller con música de Bernard Herrmann, The Night Digger, a mayor gloria de su entonces esposa Patricia Neal, la fascinante protagonista de El manantial. Pero sobre todo por las numerosas adaptaciones que el cine ha hecho de sus cuentos infantiles, desde Willy Wonka y la fábrica de chocolate y su remake Charlie y la fábrica de chocolate, hasta Fantastic Mr. Fox, pasando por Matilda, James y el melocotón gigante o La maldición de las brujas. The BFG (Big Friendly Giant), cuento que aquí se titula El gran gigante bonachón, ya fue llevado a la pantalla, pero la pequeña y en animación, por Brian Cosgrove, con una estética que unida a la de las ilustraciones originales del cuento han servido de referente absoluto al diseño de producción de la película de Spielberg. El rey Midas de Hollywood, como antes se le conocía, ha evidenciado siempre un cariño y una atención muy especiales por la infancia, no sólo en sus películas directamente relacionadas con ella, como E.T. o Peter Pan, sino también en otras de temática diferente, como Encuentros en la tercera fase, Parque Jurásico o incluso La lista de Schindler. Los Goonies, Poltergeist o Gremlins son otra muestra, esta vez de su filmografía como productor, que confirman esta tendencia. Ahora se trata de una niña huérfana y un poco especial, insomne y encerrada en su propio mundo de fantasía a la vez que obligada a reflejar un grado de madurez inusual para su edad, a la que sin traicionar esas ilustraciones referidas, Spielberg le ha dado apariencia de joven Judy Garland en su Oz particular. Su encuentro con otro ser diferente dentro de los de su especie, un gigante de aspecto bonachón y sentimental, al que el oscarizado por la anterior película del director, El puente de los espías, da vida con rasgos y gestos sumamente tiernos, desencadena la trama de un film que sin embargo no logra levantar el vuelo durante más de una primera mitad centrada en los dos personajes y sus luchas con una pandilla de gigantes caníbales con aspecto entre los orcos de Tolkien y el orondo Shrek. Spielberg no acertó con Tintin y tampoco lo hace con toda esa primera mitad de animación generada por ordenador, que se nos antoja bastante aburrida. A partir de la irrupción de personajes reales, como la divertida reina de Inglaterra a la que da vida Penelope Wilton, el espectáculo mejora considerablemente, a pesar de que sorprende que tratándose de un trabajo tan largamente acariciado por su realizador, éste sea incapaz de insuflarle el alma y el corazón que demanda, ese que tanto rédito le ha dado en otras de las cintas que conforman su extensa y atractiva filmografía. Sorprende aún más considerando que la encargada de adaptar el cuento ha sido Melissa Matheson, guionista también de E.T. y ex esposa de Harrison Ford, que falleció poco después de terminar este trabajo, al final del año pasado. Con todo, si la comparamos con otros títulos suyos, éste decepciona, pero si lo hacemos con la cartelera habitual, mantiene una dignidad que muchas películas que vemos ya quisieran. Sólo por lo bien rodada que está, lo bien que funciona la música de John Williams, y ese tercio final hilarante, merece la pena.
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