lunes, 9 de mayo de 2022

DOCTOR STRANGE EN EL MULTIVERSO DE LA LOCURA Magisterio técnico y artístico para una propuesta muy trillada

Título original: Doctor Strange in the Multiverse of Madness
USA 2021 126 min.
Dirección
Sam Raimi Guion Michael Waldron, según el cómic de Steve Dikto y Stan Lee Fotografía John Mathieson Música Danny Elfman Intérpretes Benedict Cumberbatch, Elizabeth Olsen, Rachel McAdams, Xochitl Gomez, Chiwetel Ejiofor, Benedict Wong, Michael Stuhlbarg, Sheila Atim, Adam Hugill, Ako Mitchell Estreno en Estados Unidos y España 6 mayo 2022

El universo Marvel continúa su expansión sin freno, tanto como esos múltiples universos o multiverso que han inventado para justificar todo tipo de situaciones y circunstancias por disparatadas que sean, y de paso resucitar tantas veces como se quiera personajes que creíamos ingenuamente se habían ido quedando en el camino. El uso más significativo hasta el momento de este peregrino recurso lo encontramos hace apenas unos meses en la última aventura de Spiderman, con apariciones estelares de todos los hombres arañas más icónicos que han surcado la gran pantalla en las últimas décadas, incluido Tobey Maguire, que inició la saga a principios de siglo de la mano de Sam Raimi, aunque todavía sin el apadrinamiento directo de los Estudios Marvel nacidos a la sombra de esos primeros éxitos con la intención de controlar todo el proceso técnico y artístico de cuantas entregas fueran a producir en lo venidero, y que se acercan ya a la treintena, sin contar series de televisión y otras plataformas digitales.

Precisamente todos esos universos mediáticos paralelos son los que los y las fans más aplicadas de la marca deben dominar para entender cada giro argumental y cada relación de los personajes que aparecen en pantalla. Raimi, que se dio a conocer con otra saga muy distinta, la de Posesión infernal, hizo su primera incursión en el cine de superhéroes con Darkman, para después intentar no encorsetarse en un género concreto, con películas como Rápida y mortal, Un plan sencillo, Entre el amor y el juego y Premonición, antes de embarcarse en el proyecto Spiderman con tres películas, después de las cuales regresó a su estilo más icónico con Arrástrame al inferno y continuó por la senda de la fantasía aparatosa con Oz, un mundo de fantasía. Varas incursiones en el corto y la televisión preceden a esta espectacular nueva entrega de las barroquísimas aventuras del Doctor Strange en la piel de Benedict Cumberbatch. Con el personaje el reputado actor se asegura una vejez dichosa, mientras Raimi consigue dentro de la apabullante saturación de efectos visuales marcar su propio terreno y devolvernos el espíritu de ese Arrástrame al inferno con la que aparcó su mundo particular. Claro que guion y recursos mandan y no es posible que Raimi mantenga su propio estilo en toda su extensión, pero eso no quita para que aplaudamos el ingente esfuerzo de los y las numerosísimas técnicas que hacen gala de tanta creatividad artística y tecnológica a la hora de llenar la pantalla de imágenes, color y experiencias vertiginosas.

Esta vez en vez del villano habitual, se echa mano de una villana de lo más convencional, la sempiterna y socorrida bruja, claro que su extrema maldad viene provocada y hasta justificada por su instinto maternal, lo que le lleva a desear poder viajar por todos esos universos paralelos donde quizás poder saciarlo. Se trata de Wanda o La bruja escarlata, que tuvo su propia serie de televisión no hace mucho, mientras por ahí asoman otros personajes de la saga y uno nuevo, una adolescente que tiene la llave del peregrinaje por esos mundos distópicos. Con estos ingredientes solo cabe dejarse llevar por la catarata de ruidos y visiones que propone, sin pedirle mucho a cambio. Quienes no comulgamos con el género no llegaremos ni de lejos a interesarnos por sus descabelladas propuestas, aunque valoremos sus elaborados ingredientes, como la banda sonora de Danny Elfman, teñida inteligente y hábilmente de citas clásicas y populares.

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