lunes, 21 de abril de 2025

PRODIGIOSAS La sangre de la belleza

Título original: Prodigieuses
Francia 2024 101 min.
Dirección
Frédéric y Valentin Poitier Guion Sabine Dabadie, Frédéric y Valentin Poitier Fotografía Danny Elsen Música Dan Levy Intérpretes Camille Razat, Mélanie Robert, Franc Dubois, Isabelle Carré, August Wittgenstein, Elisa Doughty, Thomas Landbo, Lennart Betzgen, Lola Aubrière Estreno en Francia 20 noviembre 2024; en España 16 abril 2025

Típico ejemplo de cómo una historia real se puede convertir en un sucedáneo lleno de tópicos y lugares recurrentes, la ópera prima de los padre e hijo Frédéric y Valentin Poitier, está tan llena de buenas intenciones como de constantes de género. Y es una lástima, porque en su primera mitad ofrece muchas razones para la esperanza, centrándose en el siempre difícil pero tan atractivo mundo del arte, en este caso el de la interpretación musical, donde la fuerte competitividad hace que muy pocos y pocas logren destacar. En esa primera mitad asistimos al sacrificio y la fuerza de voluntad de dos hermanas, supuestamente gemelas (las Pleynet en las que se basa la película claramente lo eran), aunque más bien responderían al patrón de mellizas, especialmente dotadas para el piano, impulsadas por la tópica obsesión de un padre cuyas propias frustraciones le lleva a forzar a sus hijas ante la mirada un tanto pasiva de una madre que luego se revelará más comprensiva y efectiva.

Pero llega una segunda parte en la que el ambiente estudiantil en una importante academia alemana, con el imprescindible mentor duro y severo hasta la médula, y la alegría de la juventud y el primer amor, da paso a una rara enfermedad en la que se centra el ánimo de superación de estas dos jóvenes prodigiosas a las que la película dignifica a través de un importante concierto, lejos de la exhibición circense a la que las verdaderas protagonistas fueron expuestas en un programa de televisión a principios de este siglo. La profundización en una sofisticada técnica que les permite tocar sin dañar las articulaciones, y que tiene un tanto de ritual dancístico, se convierte en el tema de esta segunda parte, si bien sus directores no logran desarrollarlo con el mismo acierto e ímpetu que el habitual sacrificio de todo artista que informa la primera mitad de la cinta.

Se acumulan los tópicos y la trama deja de interesar por una evidente falta de ingenio en su desarrollo, justo lo contrario que pretende, así hasta un final que se antoja inalcanzable. El arrojo de sus dos jóvenes protagonistas y el encanto siempre presente de Isabelle Carré, logran que el conjunto no se atragante demasiado. Su elegante puesta en escena, y su banda sonora de grandes éxitos del piano, aunque se cuele una irrelevante pieza de un tal Mario Forte, Concertante, en su resolutivo tramo final, logran también que la experiencia no llegue a ser indigesta.

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