lunes, 14 de abril de 2025

EL DRAMA DE LA PASIÓN EN MANOS SERIAS

XLII Festival de Música Antigua de Sevilla – Gran Selección Teatro de la Maestranza. Vox Luminis. Raphael Höhn, tenor. Lionel Meunier, bajo y dirección. Freiburger Barockorchester. Programa: La Pasión según San Juan (Johannes-Passion), de Johann Sebastian Bach. Teatro de la Maestranza, domingo 13 de abril de 2025


Ya es un lujo y un privilegio que un conjunto tan reconocido y requerido como la Freiburger Barockorchester, acompañado por el no menos valorado conjunto vocal Vox Luminis, recale en nuestra ciudad un Domingo de Ramos para ofrecernos una página tan propia de la época como La Pasión según San Juan. Todavía más después de haber hecho lo propio dos años antes con la más popular Pasión según San Mateo.

Una operación que ya pudimos disfrutar hace diez y ocho años respectivamente, cuando Philippe Herreweghe y el Collegium Vocale Gent recrearon estas dos imprescindibles páginas de la liturgia musical religiosa del más solemne y místico de los compositores posibles, Johann Sebastian Bach.

La envergadura épica de La Pasión según San Mateo sorprende menos a las audiencias actuales que su deslumbrante compañera tres años mayor. Sin embargo, la literatura filosófica y poética de este primer oratorio contiene un trabajo de dramaturgia más intenso, una oportunidad para la reflexión adherida a su piel, que no todos son capaces de poner en pie con el mismo grado de exigencia y responsabilidad con que lo ofrecieron la orquesta alemana y el coro belga.

Alexander Chance

De Vox Luminis surgieron todas las voces solistas, con resultados tan sobresalientes como los que pudimos comprobar hace dos años en esta misma clausura del Femás con la otra pasión. Una manera inmejorable de poner prólogo a la Semana Santa sevillana, y si no se comulga con las creencias religiosas que promulga, una ocasión de disfrutar de tan excelsa partitura en condiciones óptimas de compromiso y seriedad.

Un canto amable y misericordioso

Desde sus punzantes acordes, la obertura va avanzando ya esas misericordiosas súplicas que inspiran las voces del coro, perfectamente ensamblado y compenetrado en esta irrepetible ocasión. En este sentido, conviene también destacar el magnífico trabajo orquestal, magistral en contrapunto y armonía, con ese turbulento bajo continuo que tanto evoca a los desposeídos del mundo.

Más reflexiva que su hermana, la de San Juan abunda en recitativos y diálogos que ahondan en las serias dudas de Pilatos y la conmovedora resignación de Jesús, contando para ello con las sensacionales aportaciones del tenor de voz muy aguda Raphael Höhn como Evangelista, y del propio Lionel Meunier como Jesús, una vez más ejerciendo como director desde su posición en el coro.

Erika Tandiono

Curiosamente fue Meunier de los pocos a los que poder hacer algún reproche, toda vez que acusó algún pequeño cambio de tono y roce de escasa importancia frente a una voz imponente y perfectamente dramatizada. En conjunto, pudimos apreciar un trabajo dramático de primer orden y unas prestaciones instrumentales de impecable técnica y absorbente expresividad.

Momentos vocales destacados

Todas las voces solistas se extraen del propio conjunto vocal, con aportaciones brillantes de prácticamente la totalidad de ellas. El primero en destacar fue el contratenor Alexander Chance en Von den Stricken meiner Sünden (Para liberarme de los lazos de mis pecados), tomando el relevo de su padre, el legendario Michael Chance, que tantas veces abordó el rol. Aunque donde de verdad logró una interpretación emocionante fue en la tercera parte del oratorio, La muerte de Jesús, cuando entonó el sobrecogedor Es ist vollbracht! (¡Todo se ha consumado!) con un alto nivel de emotividad.

De entre las sopranos solistas, Viola Blache y Erika Tandiono, nos gustó especialmente la segunda en Ich folge dir gleichfalls mit freudigen Schritten (Te sigo con alegres pasos), por el brillo diamantino de su voz y su naturalidad expresiva. También el tenor Vojtech Semerád deslumbró con un exquisito Erwäge (Considera), acompañamiento estremecedor de violines incluido, capaz de arrancarnos las lágrimas más furtivas.

Vojtech Semerád

Destacadas fueron también las tres intervenciones del tenor Sebastian Myrus, y menos quizás las de Christopher B. Fischer, de voz más tirante y peor entonada, aunque generosa proyección. En cuanto al coro, imponente en todas sus intervenciones como la turba, llevando al límite de la resolución dramática sus súplicas y lamentos.

Queda, en definitiva, esa honda reflexión sobre el sufrimiento en vida y la muerte como liberación, algo que a buen seguro muchos y muchas se habrán preguntado en más de una ocasión, obviando incluso la posibilidad de una vida eterna o una posible reencarnación.

Una reflexión que en la voz del inmenso e inabarcable Bach cobra un sentido profano imprescindible para dejarse abrazar y emocionar por una música sin igual, aún prescindiendo de su vertiente mística o religiosa. Especialmente cuando se sirve de forma tan fascinante como lo hicieron Meunier y su formidable conjunto vocal e instrumental.

Fotos: Lolo Vasco
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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