Una operación que ya
pudimos disfrutar hace diez y ocho años respectivamente, cuando Philippe Herreweghe y el Collegium Vocale Gent recrearon estas dos imprescindibles páginas de la liturgia musical religiosa
del más solemne y místico de los compositores posibles, Johann Sebastian Bach.
La envergadura épica de
La Pasión según San Mateo sorprende
menos a las audiencias actuales que su deslumbrante
compañera tres años mayor. Sin embargo, la literatura filosófica y poética
de este primer oratorio contiene un
trabajo de dramaturgia más intenso, una oportunidad para la reflexión
adherida a su piel, que no todos son capaces de poner en pie con el mismo grado
de exigencia y responsabilidad con
que lo ofrecieron la orquesta alemana y el coro belga.
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Alexander Chance |
Un canto amable
y misericordioso
Desde sus punzantes
acordes, la obertura va avanzando ya esas misericordiosas
súplicas que inspiran las voces del coro, perfectamente ensamblado y
compenetrado en esta irrepetible ocasión. En este sentido, conviene también
destacar el magnífico trabajo orquestal,
magistral en contrapunto y armonía, con ese turbulento bajo continuo que tanto
evoca a los desposeídos del mundo.
Más reflexiva que su
hermana, la de San Juan abunda en
recitativos y diálogos que ahondan en las serias dudas de Pilatos y la conmovedora
resignación de Jesús, contando para ello con las sensacionales aportaciones del
tenor de voz muy aguda Raphael Höhn
como Evangelista, y del propio Lionel
Meunier como Jesús, una vez más ejerciendo como director desde su posición en el coro.
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Erika Tandiono |
Momentos vocales
destacados
Todas las voces
solistas se extraen del propio conjunto vocal, con aportaciones brillantes de prácticamente la totalidad de ellas. El
primero en destacar fue el contratenor Alexander
Chance en Von den Stricken meiner
Sünden (Para liberarme de los lazos de mis pecados), tomando el relevo de
su padre, el legendario Michael Chance, que tantas veces abordó el rol. Aunque
donde de verdad logró una interpretación emocionante fue en la tercera parte
del oratorio, La muerte de Jesús,
cuando entonó el sobrecogedor Es ist
vollbracht! (¡Todo se ha consumado!) con un alto nivel de emotividad.
De entre las sopranos
solistas, Viola Blache y Erika Tandiono,
nos gustó especialmente la segunda en Ich
folge dir gleichfalls mit freudigen Schritten (Te sigo con alegres pasos),
por el brillo diamantino de su voz y
su naturalidad expresiva. También el tenor Vojtech
Semerád deslumbró con un exquisito Erwäge
(Considera), acompañamiento estremecedor de violines incluido, capaz de
arrancarnos las lágrimas más furtivas.
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Vojtech Semerád |
Queda, en definitiva,
esa honda reflexión sobre el sufrimiento en vida y la muerte como liberación, algo que a buen seguro muchos y muchas
se habrán preguntado en más de una ocasión, obviando incluso la posibilidad de
una vida eterna o una posible
reencarnación.
Una reflexión que en la
voz del inmenso e inabarcable Bach cobra un
sentido profano imprescindible para dejarse abrazar y emocionar por una
música sin igual, aún prescindiendo de su vertiente mística o religiosa.
Especialmente cuando se sirve de forma
tan fascinante como lo hicieron
Meunier y su formidable conjunto vocal e instrumental.
Artículo publicado en El Correo de Andalucía
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