Guion y dirección Eva Libertad Fotografía Gina Ferrer Música Aránzazu Calleja Intérpretes Miriam Garlo, Álvaro Cervantes, Elena Irureta, Joaquín Notario Estreno en el Festival de Berlín 15 febrero 2025; en salas 4 abril 2025
Otro exitoso debut de mujer directora, galardonada en la sección Panorama del Festival de Berlín con los premios del público y de la Confederación Internacional de Cines de Arte, y en el de Málaga con la Biznaga de Oro, los premios a la mejor actriz y al mejor actor, el del público y los de la crítica Feroz y Asecán. Todo un triunfo adaptando su propio cortometraje de 2021 nominado al Goya en el que nos cuenta el periplo de una mujer sorda al quedarse embarazada y cómo esta nueva situación cambia de manera más o menos radical los cimientos sobre los que apoya su particular situación. Eva Libertad pone todo su esfuerzo y una fuerte carga sentimental, nunca sentimentaloide, en esta delicada y exquisita película, con la ayuda inestimable de un reparto sobresaliente, desde su protagonista, Miriam Garlo, que repite rol abordado en el corto de referencia, hasta Elena Irureta como abuela con todos los matices posibles en tan delicada situación, pasando por el siempre eficiente y en esta ocasión rotundamente entregado Álvaro Cervantes, que da vida a la pareja de la protagonista, hombre tan atento y eficaz como algo despistado a la hora de valorar y aceptar las motivaciones de una mujer desbordada ante los nuevos acontecimientos, desorientada y sobre todo víctima de la incomprensión de quienes se supone la entendían a la perfección e incluso se mostraban cómplices de ella.
Lo mejor es que Libertad consigue controlar nuestras emociones y empatías, hasta el punto de hacernos experimentar las mismas desconfianzas que genera la protagonista en su entorno, para con la mayor de las sutilezas convencernos de su comportamiento y hacernos solidarios de una situación en la que lo que se busca no es la integración de la persona supuestamente diferente, sino también la de quienes no nos consideramos como tales en un mundo que desconocemos, una integración recíproca. Un trabajo, por lo tanto, meticuloso y esmerado que, además, utiliza un imprescindible trabajo de sonido para hacernos aún más partícipes de la situación, mientras un subtitulado completo hace asequible la función al colectivo de gente sordomuda cuya realidad parece retratar con tanto acierto y amor. Lástima que el trabajo de promoción del cine español sea casi siempre tan escuálido, de manera que a pesar de la cantidad de personajes secundarios que pueblan la pantalla, personas parlantes y sordas, resulte tan difícil identificar a los actores y actrices que los interpretan, de forma que sólo de su cuarteto principal, la pareja protagonista y los progenitores de ella, tenemos constancia. Una constante en el cine español, que rara vez se hace eco además del apartado musical, pues tampoco logramos tener información en la web de la canción originalmente compuesta para la ocasión por la autora de la escueta banda sonora, Aránzazu Calleja.
Por otro lado, echamos en falta algo más de información sobre el personaje masculino, a quien vemos realizar trabajos agrícolas y de jardinería, también muchas labores domésticas, si bien recibe la visita de unos supuestos compañeros y compañeras de oficina, sin que quede muy claro a qué se dedica. Tampoco nos queda clara la localización de los acontecimientos, toda vez que parecen vivir en plena naturaleza, pero cuando pasean a la niña lo hacen en los mismos paisajes urbanos donde parecen ubicarse la guardería y la azotea de las amistades a las que frecuentan una y otra vez. Pequeños detalles que de haberse limado hubieran perfeccionado un trabajo ya de por sí bastante valioso y conseguido.
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