USA 2024 102 min.
Guion y dirección Tracie Laymon Fotografía John Rosario Música Jacques Brautbar Intérpretes Barbie Ferreira, John Leguizamo, French Stewart, Rachel Bay Jones, Lauren “Lolo” Spencer, Ted Welch Estreno en el Festival de Valladolid 21 octubre 2024; en Estados Unidos 21 marzo 2025; en España 18 julio 2025
Es curioso cómo muchas y muchos directores adaptan sus propias experiencias para debutar cinematográficamente. Tracie Laymon incluso mantiene los nombres de su padre y su mascota para contarnos un esperanzador cuento sobre la necesidad de querernos a nosotros y nosotras mismas, sin abandonarse y superando traumas, prejuicios e inseguridades de todo tipo. La joven y desconocida Barbie Ferreira interpreta a una joven marcada por la falta de sintonía y empatía con un padre al que parece importarle bien poco. Por azar de las redes sociales, encuentra a otro hombre con el mismo nombre que su padre y comienza una relación de entrañable amistad que le sirve como inmejorable terapia para resolver sus traumas y recuperar la confianza en sí misma.
Una trama sencilla y previsible que no invalida las virtudes de una película hecha con cariño y ternura bien dosificada, donde brillan las interpretaciones de la joven protagonista y un recuperado John Leguizamo que, de paso, demuestra lo bien que nos puede hacer sentir a algunos y algunas la madurez. Sin trazos gruesos ni salidas de tono, Laymon consigue manejar cuestiones y situaciones arquetípicas para ofrecer una cinta amable y tan simpática como fácil de disfrutar aunque sólo sea para hacernos sentir un poquito mejor. Imaginamos que lo de Trevino será por la falta de familiaridad de los norteamericanos con la letra "ñ".
Con estas cualidades no resulta difícil comprender que se hiciera con el premio del público en el pasado Festival de Valladolid, y en otros muchos. Ahora lo que hace falta es que su directora tenga la misma gracia y talento para inventar otra historia en la que la memoria personal no tenga tanta cabida. De momento, con los tiempos que corren, nos encanta que el cine norteamericano de vez en cuando recupere ese estilo independiente con el que es capaz de contar historias sentimentales que se salgan de la ruta palomitera a la que cada vez nos tiene más acostumbrados y hastiadas.
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