Guión y dirección Alfonso Sánchez Fotografía Daniel Mauri Música Maravilla Gypsy Band Intérpretes Alfonso Sánchez, Alberto López, Alfonso Valenzuela, Joserra Leza, María Cabrera, Daniel Morilla, Olga Martínez, Francisco Torres, Antonio Dechent, Maite Sandoval, Sergio Domínguez, Antonia Gómez, Pepe Quero, José Rodríguez Quintos, Miguel Ángel Sutilo Estreno 22 junio 2012
Mucho arriesgaban el Cabesa y el Culebra con su salto al cine, tras la expectación creada con sus sketches en Internet a costa de típicos y tópicos personajes sevillanos. Y la empresa se ha resuelto con mucha satisfacción. Plantear el atraco a una sucursal bancaria en la calle San Vicente de Sevilla y en plena Semana Santa es desde luego un magnífico punto de partida. Pero que vaya derivando a todo un esperpéntico espectáculo sobre la fauna hispalense, con todas sus miserias y constantes, y que poco a poco se convierta en paradigma de todos los problemas políticos, económicos y sociales que nos acucian, como si la hubiera producido el movimiento 15M, tiene un mérito extraordinario. Nadie sin el talento de estos dos jóvenes que ya no son promesa, sino rotunda realidad, podría atreverse con un material tan explosivo, y salir tan airoso del empeño. Con un guión modélico y una planificación meticulosa y rigurosa, se ríen de todos y de todo lo relacionado con la idiosincrasia sevillana y sin molestar. José Luis García Sánchez lleva toda la vida queriendo emular sin éxito a Berlanga y llegan estos dos talentos y lo consiguen de sobra, y sin guión de Rafael Azcona. Y además lo logran con un producto fresco y moderno, en las antípodas de lo rancio, y una puesta en escena deudora de una cinefilia evidente, especialmente con los ojos puestos en Tarantino, a quien es fácil identificar desde los títulos de crédito a determinadas tomas fotográficas y el uso de la banda sonora a lo Bregovic y Kusturica. Memorable en sus numerosos gags, desde las desventuras de la reportera intrépida a los detalles de desorganización municipal, la falta de sintonía de una inspectora burgalense con la cultura hispalense, o el acierto con el que son retratados todos y cada uno de los personajes. La sobreactuación se convierte también en una herramienta de trabajo para lograr ese aspecto de esperpento ibérico que invade toda la función. No tiene desperdicio el prólogo y el epílogo, la crítica ácida y acertada que hace de la corrupción y el desorden, y la naturalidad con la que introduce temas como la solidaridad y la conciencia social. Cuidada también en el montaje, que no deja que decaiga en ningún momento la acción y resulte distraída de principio a fin, tan sólo su inflada fotografía en video se resiente de un acabado que podría haber sido modélico. Si siguen por este camino, nos quedan muchas horas de sano y conveniente divertimento, carcajadas incluidas.
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