UNA VIDA EN TRES DÍAS Una novela rosa pastel
Título original: Labor Day
USA 2013 111 min.
Guión y dirección Jason Reitman, según la novela “Como caído del cielo” de Joyce Maynard Fotografía Eric Steelberg Música Rolfe Kent Intérpretes Kate Winslet, Josh Brolin, Gattlin Griffith, Tobey Maguire, Tom Lipinski, Clark Gregg, Brighid Fleming, Maika Monroe, Alexie Gilmore, Lukas Hedges, James Van Der Beek, J.K. Simmons Estreno en España 14 marzo 2014
Tanto el título original, que hace mención al Día del Trabajo, como el castellano o el del libro en el que se basa, Como caído del cielo, casan bien con el argumento y las intenciones de la nueva película de Jason Reitman, que hasta ahora había coqueteado con la comedia en títulos de éxito como Juno o Up in the Air y ahora se atreve con el melodrama romántico con tintes de intriga. Día del Trabajo por la habilidad con la que el protagonista se gana la confianza y el afecto de la familia a la que secuestra, con el propósito de conseguir de ellos su colaboración, lo que de haber centrado el análisis del film podría haber dado lugar a una interesante reflexión sobre el papel del moderno empresario. Una vida en tres días porque efectivamente son tantas cosas y tantas emociones las que se suceden en tan sólo esos tres días de puente laboral que pareciera necesitar una vida para dar sus frutos. Y el título del libro porque el señor en cuestión llueve prácticamente del cielo para resolver los problemas existenciales de una madre y su hijo adolescente. Para que se entienda, es como si se hubiera llevado a la pantalla una de esas novelas románticas con portada de hombre musculoso y viril rodeando con sus brazos a la heroína de turno, algo a lo que el cartel de la película, en su doble alternativa, no es ajeno. Pero se trata de una película muy descuidada en sus detalles, lo que hace que muchas de sus propuestas resulten inverosímiles. Una mujer con trastornos emocionales y un hombre con una herida sangrante, y ambos curan nada más conocerse. Un hijo con carencias paternofiliales que aprende de su secuestrador todo lo que hay que saber para ser un machote americano. Y un sinfín de meteduras de pata difíciles de digerir para que el inevitable final políticamente correcto y complaciente emerja sin problema. Y con todo se deja ver, por el encanto y belleza de sus protagonistas, la hermosura de los paisajes de New Hampshire, su nostálgica aunque innecesaria ambientación en los ochenta, el logrado tono de intriga conseguido en gran parte del film, o una banda sonora en la que incluso se dan cita las guitarras de Pepe Romero y Andrés Segovia y las composiciones de Celedonio Romero, Fernando Sor y Moreno Torroba.
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