Guión y dirección Zeresenay Mehari Fotografía Monika Lenczewska Música David Schommer y David Eggar Intérpretes Meron Getnet, Tizita Hagere, Haregewine Assefa, Brook Sheferaw, Mekonen Laeake, Meaza Tekle Estreno en Sundance 18 enero 2014; en Etiopía 25 septiembre 2014; en España 30 abril 2015
Presentada y promovida por Angelina Jolie, que también se encarga de labores de producción ejecutiva en su proyección internacional, esta pequeña película etíope narra los acontecimientos reales que llevaron a finales de los años noventa a erradicar en ese país la tradición de secuestrar a las mujeres, generalmente niñas, con las que los hombres en poblaciones rurales querían casarse. Resulta ser por lo tanto una extensión del encomiable trabajo que la famosa actriz hollywoodiense está desarrollando en países subdesarrollados, especialmente por la igualdad y el bienestar de la mujer. Lo primero que llama la atención, no por visto menos sorprendente, es la ilusión y la avidez con la que muchos y muchas niñas en esos países del tercer mundo abrazan la educación y la cultura, evidentemente la única vía posible para salir del subdesarrollo y la depresión. Naturalmente una vía que el dominante tratará siempre de abortar en favor del conservadurismo y la tradición, y que millones de mujeres sufren en todo el mundo. Realizada con pocos recursos y un sentido algo primitivo de la narrativa cinematográfica, Difret sin embargo exhibe el entusiasmo de su director y guionista a través de una gramática sobria y sencilla, y gracias sobre todo al espléndido trabajo interpretativo de las dos protagonistas, Meron Getnet que da vida a la abogada especializada en ofrecer justicia gratuita a mujeres desvalidas, y cuyo bufete, Andana, logró grandes hazañas por aquella época en su país, y la niña Tizita Hagere, que otorga a su personaje toda la ternura digna de cariño y compasión que demanda, a la vez que refleja a la perfección ese afán por salir de la rutina y la miseria a través del conocimiento y la excelencia. Valiente y concisa, especialmente ahora que todos esos logros están desapareciendo con el avance del Estado Islámico, Difret merece como testimonio de una realidad que curiosamente no está tan lejos de la nuestra, donde el maltrato a la mujer y el desprecio a la cuestión de género están al orden del día, y eso que nos consideramos del primer mundo. De momento ha convencido al público festivalero, que le ha otorgado los premios al mejor film internacional en Sundance de 2014 y de la Sección Panorama del Festival de Berlín de ese mismo año.
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