USA 2015 141 min.
Guión y dirección Joss Whedon, según el cómic de Stan Lee y Jack Kirby Fotografía Ben Davis Música Brian Tyler y Danny Elfman Intérpretes Robert Downey jr., Chris Evans, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Mark Ruffalo, Alexis Denisof, James Spader, Aaron Taylor-Johnson, Paul Bettany, Elizabeth Olsen, Thomas Kretschmann, Samuel L. Jackson, Hayley Atwell, Don Cheadle, Claudia Kim, Andy serkis, Anthony Mackie, Idris Elba, Stan Lee Estreno simultáneo con Estados Unidos 30 abril 2015
Joss Whedon se ha labrado una estupenda reputación como realizador de fantasías siderales semianimadas. Tras crear la exitosa serie de televisión Buffy Cazavampiros y saltar al cine con Serenity, hoy es el mejor adaptador de los cómic Marvel a la pantalla, sea la pequeña con Agentes de S.H.I.E.L.D. o la grande con Los vengadores y ahora su secuela, una mastodóntica aventura en la que los superhéroes Iron Man, Capitán América, Thor, Viuda Negra y Ojo de Halcón se enfrentan a un programa diseñado por el primero para garantizar la paz mundial, pero que éste confunde con destruir el planeta. En estos tiempos en los que la inteligencia artificial ha cobrado tanto relieve en el cine, reposición de Blade Runner incluida, no deja de ser original y curiosa la idea de que el mal en esta ocasión revista la forma de locura, y que su portador sea precisamente un humanoide del género. Es como extender la inteligencia humana a la robótica hasta el límite de la propia enfermedad mental, hasta ahora exclusiva del ser humano. Pero este detalle no sirve más que para disfrazar la sequía de ideas que recorre el género. Lo que esta película ofrece no se diferencia mucho de otras del mismo corte, estructura narrativa incluida; todavía estamos esperando un título que revolucione el género y no lo limite a un mero entretenimiento palomitero. Desde los orígenes del cine los efectos visuales han jugado un papel importantísimo para generar magia e ilusión, y desde luego esta película ofrece muchísima tecnología, con resultados realmente espectaculares, pero apenas aplicada a más magia que la vista y revista desde hace más de un lustro. Catástrofes apocalípticas, sin apenas bajas civiles por supuesto, algunas incluso descaradamente inspiradas en los acontecimientos del 11-S, para aportar quizás algo más de realismo, por doloroso y poco respetuoso que pueda resultar; y luchas sin fin estiradas hasta la náusea, es lo que ofrece este megaparque temático que, como no podía ser menos, extiende su duración hasta las casi dos horas y media, que parece que así el resultado tenga más empaque. Entre medias algunos toques de psicología elemental para aprovechar el multiestelar reparto, no sea que sin sus gestos y conversaciones sólo nos quede infografía. Un nuevo humano mejorado servirá para controlar las mentes de nuestros héroes y que así se enfrenten a sus miedos y miserias, de forma que el público incondicional aprenda algo más de ellos. Con todo no se puede negar que el espectáculo sea entretenido, y que se apunten cuestiones de actualidad, como el sometimiento y sufrimiento del inventado pueblo de Sokovia, que aunque europeo del este más bien nos remite al calvario que están padeciendo pueblos musulmanes como el iraquí, con el mal llegado desde dentro disfrazado de justo y bien, y los salvadores llegados de Estados Unidos, aunque como daño colateral siembren el caos y la destrucción. Vistosa pero fatigante, al final de los créditos principales Josh Brolin transformado en el mismo Thanos que conocimos en Guardianes de la galaxia anuncia que será el villano de la inevitable tercera parte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario