USA-España-Perú 2015 99 min.
Guión y dirección Barney Elliott Fotografía Bjorn Stale Bratberg Música Jesús Díaz y Fletcher Ventura Intérpretes Stephen Dorff, Alberto Ammann, Carlos Bardem, Elsa Olivero, Amiel Cayo, Marco Antonio Ramírez, David Strathairn, Brooke Langton, Nidia Bermejo, Lucho Cáceres, Javier Valdez, Liliana Trujillo, Delfina Paredes, Paco Varela Estreno 15 mayo 2015
Otro esfuerzo de producción española que no encuentra apoyo en nuestro país, tan proclive a machacar el producto interior mientras se muestra indulgente con toda la basura que nos llega de fuera. En esta ocasión se reúne al director debutante norteamericano Barney Elliott con un plantel internacional de actores y actrices provenientes de los tres países que colaboran en la gestación del film, Perú, Estados Unidos y España. Rodado en inglés, quechua y castellano, utiliza en cierto modo el lenguaje y estructura patentados por González Iñárritu en cintas como Amores perros y Babel para narrar una historia en la que tiempo y espacio se alían para afectar de una manera u otra a personas y castas de muy distinta índole y naturaleza. Una mujer desesperada por no poder ofrecer a su madre anciana y enferma la atención sanitaria que precisa, un campesino que se resiste a vender las tierras con las que tan justamente le compensó el gobierno peruano años de labranza, y un ejecutivo americano decidido a saldar la deuda contraída por el país andino con los grandes bancos llegando a un acuerdo que sea provechoso y lo menos corrosivo posible con los campesinos afectados, aún a costa de potenciar esa nueva forma de colonización del rico sobre el pobre, son los ejes sobre los que se teje una maraña de acontecimientos, despropósitos e incidentes abocados sin remedio a la tragedia y la opresión siempre del más débil. En la trama un antiguo terrateniente, un jefe sin escrúpulos y un compañero y amigo del americano, más interesado por la verdad de lo conveniente, ejercerán de bisagras para abrir y cerrar los capítulos dolientes que habitan esta crónica del mundo hostil y moderno en el que se ha convertido un planeta invadido por la especulación y la desigualdad creciente. Puede que se resienta su calidad de ópera prima en algunas obviedades de guión, ingenuidades y fallos perdonables, pero domina en el conjunto la sinceridad, la nobleza y la pasión de quien tiene claro lo que quiere contar y, sobre todo, lo que pretende denunciar. A ello hay que añadir una holgada producción, patente en unos bellísimamente fotografiados paisajes, unas estupendas y cómplices interpretaciones y una sensación general de desolación muy acorde con lo que se nos quiere transmitir. Ya se sabe, recortes en la sanidad, deudas requeridas a costa de todo y de todos, y grandes desigualdades sociales cada vez más reflejo de una estructura social y económica de corte medieval. Aún así son discutibles sus dos premios en Málaga, el de guión por no estar completamente depurado, y el de actriz de reparto por recaer en una estrella de la televisión peruana, Nidia Bermejo, cuya insignificante intervención en la película apenas roza un par de minutos.
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