Dirección Ron Howard Guión David Koepp, según la novela de Dan Brown Fotografía Salvatore Totino Intérpretes Tom Hanks, Felicity Jones, Ben Foster, Irrfan Khan, Omar Sy, Sidse Babett Knudsen, Ana Ularu, Jon Donahue, Cesare Cremonini, Xavier Laurent Estreno en Estados Unidos 28 octubre 2016; en España 14 octubre 2016
Tercera entrega de la exitosa saga perpetrada por Dan Brown y su Código Da Vinci. En esta ocasión el experto en simbología Robert Langdon se encuentra al acecho de una conspiración para asesinar a la mitad de la población mundial bajo pretexto de salvaguardar el futuro de la humanidad. Con estas premisas en principio disparatadas, los talentos unidos de Ron Howard, cuyo documental The Beatles: Eight Days a Week está todavía fresco en nuestras retinas, Tom Hanks, del que esperamos ansiosos su última interpretación en Sully de Clint Eastwood, y David Koepp, que convirtió en exitosos guiones el best seller Parque Jurásico y el show radiofónico La guerra de los mundos, han logrado una película estimable y no exenta de dignidad. Cierto que ninguno parece confiar en exceso en el material dramático extraído de la novela de Brown, y que la única motivación posible sea llenar los bolsillos, pero sus categorías les impiden hacer un mamarracho, y su profesionalidad logra que el producto resultante tenga dignidad propia. Liosa y efectista como siempre, la falta de interés que se adueña en el espectador durante algo más que su primera media hora, se alivia más adelante, cuando al aliciente de viajar en primera clase por Florencia, Venecia y Estambul con un nutrido grupo de excelentes intérpretes y las consabidas citas culturales, se suma el interés de una trama ya más asumible que se va adueñando de nosotros, hasta el punto de que para entonces ni siquiera secuencias ridículas como el gran final en la Cisterna de Estambul, en un hipotético festival del Solsticio de Verano ilustrado con un improbable concierto de música clásica, logren ensuciar el resultado. Sidse Babett Knudsen vuelve a coincidir con Hanks después de Esperando al rey, demostrando que hay química entre ellos, mientras los numerosos giros argumentales, aún siendo previsibles, funcionan eficazmente para aumentar el discreto interés de una cinta en la que también destacan los trabajos de Felicity Jones y Ben Foster, a quien vimos hace poco como Lance Armstrong en The Program (El ídolo).
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