USA 2016 112 min.
Dirección Tate Taylor Guión Erin Cressida Wilson, según la novela de Paula Hawkins Fotografía Charlotte Bruus Christensen Música Danny Elfman Intérpretes Emily Blunt, Rebecca Fergusson, Haley Bennett, Luke Evans, Edgar Ramírez, Justin Theroux, Allison Janney, Lisa Kudrow, Laura Prepon, Darren Goldstein Estreno en Estados Unidos 7 octubre 2016; en España 21 octubre 2016
A diferencia de otros éxitos literarios como 50 sombras de Grey, la novela de Paula Hawkins cuenta para su adaptación cinematográfica con un director de solvente y atractivo recorrido, que ya acertó con su adaptación de Criadas y señoras y logró con I Feel Good un competente melodrama sobre la vida de James Brown. Tate Taylor se toma muy a la tranquila su versión, considerablemente diversa al original de referencia, y junto a un más que atractivo reparto, no sólo por el buen hacer de sus integrantes sino sobre todo por su belleza física, consigue un film en principio desconcertante pero que poco a poco va consiguiendo lo mismo que la novela hizo hace un par de temporadas para enganchar al público de prácticamente todo el Mundo, tejiendo una sofisticada trama con una plausible intriga que surge de elementos que hubieran hecho pensar justamente en lo contrario. Y es que todo en la película parece construido para erigirse en uno de esos grandes engaños con los que hoy en día se suelen despachar la mayoría de las películas del género, lo que hace añorar aún más si cabe el cine de Hichcock y su época. El proceso resulta sin embargo diametralmente opuesto para conseguir a partir de unas premisas harto convencionales y poco probables (esa mujer que tantas cosas ve desde su ventanilla del tren, aunque pudieran algunas ser fruto de su imaginación), que la intriga no recaiga tanto en el típico qué ocurrió y quién lo hizo, sino en analizar el estado de ánimo de una mujer devastada por un pasado turbulento junto a una persona intrigante con quien experimentó un matrimonio fracasado. Una mezcla de alcohol y barbitúricos que convierten a la desgraciada heroína en un fantasma de su pasado, culminando en un grito de horror y socorro frente a tanta violencia y marginación sufrida por las mujeres, aquí personificadas en tres voces que convergen en una conforme vamos acercándonos al final de la pesadilla. Se trata por lo tanto de un film absorbente que exige una matizada reflexión para juzgarla en su preciso tono, y que posiblemente no resistiría tan bien el complicado proceso sin una puesta en escena elegante y unos personajes tan irresistibles, al margen de un medido guión de la artífice de Secretary y la espléndida Hombres, mujeres y niños, que logra con pericia que el laberinto de sensaciones y fechas que emerge de la narración devenga en un drama coherente y convenientemente ordenado. Se agradecen películas de alguna manera diferentes como ésta.
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