Dirección Nicolas Winding Refn Guión Nicolas Winding Refn, Mary Laws y Polly Stenham Fotografía Natasha Braier Música Cliff Martínez Intérpretes Elle Fanning, Jena Malone, Keanu Reeves, Christina Hendricks, Bella Heathcote, Abbey Lee, Karl Glusman, Desmond Harrington Estreno en el Festival de Cannes 20 mayo 2016; en Francia 8 junio 2016; en Estados Unidos 24 junio 2016; en España 25 noviembre 2016
Sorprendió a propios y extraños con Drive, un absorbente thriller violento a la vez que estilizado, y nos decepcionó con la marciana Solo Dios lo sabe. Nicolas Winding Refn vuelve ahora luciendo marca (en los títulos de crédito destacan sus iniciales como antaño firmaban directores de la talla de Preston Sturges, Mitchell Leisen o Howard Hawks) y ofreciendo otra película sumamente estilizada y algo marciana, pero mucho más condescendiente y disfrutable que la anterior. Su particular viaje al caprichoso y vacío mundo de la moda se revela como una suerte de pesadilla onírica en la que se mezcla glamour, creatividad, necrofilia y canibalismo en un cóctel que sin embargo nunca resulta excesivo ni indigesto. Refn recrea ese mundo de superficialidad y belleza con sus mismos ingredientes, empezando por una fotografía nítida y tersa cual piel de afamada supermodelo, colores vivos y una música sugerente llena de erotismo con reminiscencias de Vangelis y la música disco electrónica, que le ha valido a Cliff Martínez el premio a la mejor banda sonora en el Festival de Cannes. Todo ello funciona como espectáculo sonoro y visual impecable al que hay que sumar la indiscutible belleza de su protagonista, muy bien flanqueada por el resto de las bellezas convocadas, dentro de un conjunto elegante y muy disfrutable que se puede interpretar inocentemente como una mirada al mundo implacable de la fama y la competencia, o simplemente como un ejercicio de estilo tan llamativo visualmente como vacuo de contenido, superficial como lo que retrata. Como curiosidades cabe destacar que se trata del primer film de Refn grabado en formato anamórfico, que alguien definió acertadamente el film como un cruce entre El valle de las muñecas y La matanza de Texas, y que un no acreditado Alessandro Nivola interpreta al diseñador Roberto Sarno, de clara inspiración en Tom Ford.
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