Título original: Bezbog
Bulgaria-Dinamarca-Francia 2016 99 min.
Guión y dirección Ralitza Petrova Fotografía Krum Rodriguez Intérpretes Ireria Ivanova, Ventzislav Konstantinov, Ivan Nalbantov, Dimitar Petkov, Alexandr Triffonov Estreno en el Festival de Locarno 11 agosto 2016
Si algo está dejando claro esta edición del festival es que las heridas siempre difíciles de cicatrizar que ha dejado la antigua Unión Soviética en los países del este de Europa, se han regenerado aún más con la crisis económica y el alto grado de corrupción política, policial y judicial que viven estos países tan influidos por una particular forma de controlar y dominar a la ciudadanía. El primer largometraje de la directora Ralitza Petrova no es precisamente un anuncio publicitario de Bulgaria como destino turístico. Todo lo contrario, retrata su país como lugar sórdido y frío en el que apenas cabe un ápice de ternura y compasión, donde los más débiles son víctimas fáciles de un sistema que vive del crimen y la extorsión. Ahí se ambienta este film noir, negrísimo, con mujer zombi protagonista, carente de afectos y esperanza, que se dedica a quitarles los carnets de identidad a los ancianos y ancianas que cuida para facilitar su uso fraudulento. Choca que aún le quepa afición para participar en un coro dada su sórdida y desganada existencia, algo que no convence ni como reducto para su alivio. Choca también que en todo el universo retratado no quede espacio alguno para un atisbo de luz o ilusión, que todo sea tan horrible e inhumano. Petrova mantiene buen pulso en la narración a pesar de que cae también en los estilos recurrentes del cine de esas latitudes, con idas y venidas sin sustancia, espacios huecos y redundantes que sólo sirven para aburrir, no obstante lo cual ha sido multipremiada en Locarno. Cuando al final surge un poco de luz, rápidamente se hunde también en la desolación.
Crítica publicada en El Correo de Andalucía
DAYDREAMS Insufrible ensayo sobre creación artística
Título original: L'indomptée
Francia 2016 98 min.
Guión y dirección Caroline Deruas Fotografía Pascale Marin Música Nicola Piovani Intérpretes Clotilde Herme, Jenna Thiam, Tchéky Karyo, Bernard Verley, Renato Carpentieri, Pascal Reneric, Marilyne Canto, Candela Cottis, Filippo Timi, Marina Rocco Estreno en el Festival de Locarno 7 agosto 2016
A años luz de su esposo y presumimos que maestro Philippe Garrel, de quien precisamente vimos aquí el año pasado la muy estimable L'ombre des femmes, Caroline Deruas presentó en Locarno sin pena ni gloria este su primer largometraje como realizadora. Un grupo de artistas seleccionados por una Academia de las Artes, son invitados a pasar unos días en la hermosa Villa Medici de Roma, donde se supone les será más fácil conseguir inspiración y regalar al mundo esas obras que esperan impacientes su creación. Naturalmente la mayoría será tan mediocre como irritante, mientras el verdadero talento lo posee quien no participa en el programa pero acompaña a una de sus integrantes. El entorno invita a observar la belleza y reflexionar sobre la creación, pero de forma tan pobre y aburrida que apenas logra atrapar la atención de un espectador que se encuentra perdido y disperso ante tanta banalidad y absoluto desinterés. El resultado por lo tanto es un film insufrible y lamentable, otra ocasión perdida de hacer algo curioso, que ni la simpática, como siempre, banda sonora de Nicola Piovani logra salvar del tedio y la mediocridad. Quizás Deruas también formó parte de ese infame e incompetente grupo.
Italia-Austria 2016 90 min.
Dirección Tizza Covi y Rainer Frimmel Guión Tizza Covi Fotografía Rainer Frimmel Intérpretes Tario Caroli, Wendy Weber, Arthur Robin, Lilly Robin Estreno en el Festival de Locarno 6 agosto 2016
Hace un par de años en este mismo espacio nos cautivó La pivellina, un híbrido entre documental y ficción dirigido por Tizza Covi y Rainer Frimmel. Entonces fue en la retrospectiva de cine austriaco que celebraba el festival, cuando cada año se dedicaba a una cinematografía europea concreta. Ahora la pareja de cineastas regresan a este certamen pero ya en sección oficial, con un spin off de aquélla, y uno de sus protagonistas como eje alrededor del cual gira una emotiva y tierna historia de amor. Un domador de fieras de circo pierde su amuleto de la suerte y emprende un revelador viaje en busca del hombre forzudo, el Mister Universo del título, que se lo forjó. En el camino vivirá hermosos reencuentros con familiares a los que hacía mucho tiempo que no veía, incluido un cantante pop que cosechó grandes éxitos en los ochenta. Decimos mezcla de documental y ficción porque cuenta una historia perfectamente identificable pero con personajes reales, sin actores sino con los propios protagonistas interpretándose a sí mismos. La emoción que expide el personaje del título, su descubrimiento y la belleza de la vida de esfuerzo y sacrificio que le precede son grandes estímulos para dejarse llevar por esta conmovedora historia. Pero en última instancia es el empeño de una compañera de trabajo, una contorsionista, por ayudar al domador lo que se revela como bellísima historia de amor, tan alejada de los cánones habituales y más centrada en el compromiso y el afán por ayudar a alguien tan querido, aún en asuntos que pudieran considerarse supérfluos. Por eso y por la cercanía y la simpatía que expide cada fotograma de la película, nos parece un trabajo entrañable digno de los mejores elogios y mayores reconocimientos.
Crítica publicada en El Correo de Andalucía
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