Reino Unido 2017 115 min.
Dirección Gilles Paquet-Brenner Guión Julian Fellowes, según la novela de Agatha Christie Fotografía Sebastian WinterØ Música Hugo de Chaire Intérpretes Max Irons, Stefanie Martini, Glenn Close, Honor Kneafsey, Christina Hendricks, Terence Stamp, Julian Sands, Gillian Anderson, Christian McKay, Amanda Abbington, Preston Nyman, John Heffernan, Jenny Galloway, David Kirkbride, Tina Gray, Roger Ashton-Griffiths Estreno en Reino Unido 21 noviembre 2017; en España 13 abril 2018
Como si de una novela de Raymond Chandler se tratara, esta película basada en otra de Agatha Christie, arranca con un detective que recibe la visita en su despacho de una misteriosa y atractiva joven con la que mantuvo un idilio tiempo atrás en un exótico y convulso El Cairo. El crimen esta vez ha vuelto a cometerse en una de esas mansiones británicas con las que tanto nos hemos familiarizado gracias a producciones del cine y la televisión como Retorno a Brideshead, Gosford Park o Downton Abbey, cuyo guionista y creador, Simon Fellowes, ha sido también el encargado de adaptar esta intriga policíaca. Pocas novelas de la reina del crimen se resisten al espectador curioso y ávido de acertijos, y ésta no es una excepción. Un lujoso reparto, aunque abunden estrellas de antaño y el protagonismo descanse sobre una desconocida pero atractiva y joven pareja, con el hijo de Jeremy Irons y Sinéad Cusack a la cabeza, y un escenario de porte aristocrático, repiten las señas de identidad de este tipo de producciones que tanto se han prodigado en la pequeña y gran pantalla. Todo está bien contado, y la intriga muy bien servida, aunque en el desarrollo aparezcan algunas lagunas que podamos achacar a la torpeza del guión. El interés de la función sin embargo se diluye cuando se nos presentan muchos personajes y pocos móviles para perpetrar el crimen, lo que resta utilidad a los miembros interrogados e investigados, y dispersándose las tramas propuestas, incluido el romance interrumpido de la pareja protagonista. El trabajo del francés Gilles Paquet-Brenner, que dirigió a Kristin Scott Thomas en La llave de Sarah y a Charlize Theron en Lugares ocultos, se antoja algo rutinario, mientras una niña repelente tampoco ayuda, a pesar de lo cual el producto se deja ver con la curiosidad que siempre suscita cualquiera de las intrigas que propone la mítica escritora, con el aliciente en esta ocasión de que pudiera tratarse de una de sus novelas más retorcidas y morbosas.
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