USA 2025 116 min.
Dirección Arthur y Joe Russo Guion Christopher Markus y Stephen McFeely, según la novela de Simon Stalenhag Fotografía Stephen F. Windom Música Alan Silvestri Intérpretes Chris Pratt, Millie Bobby Brown, Stanley Tucci, Ke Huy Quan, Woody Norman, Giancarlo Esposito, Jason Alexander, Holly Hunter, Colman Domingo y las voces de Woody Harrelson, Alan Tudyk, Anthony Mackie, Jenny Slate, Hank Azaria y Brian Cox Estreno en Netflix 14 marzo 2025
Basada en una de esas novelas que encuentran en la distopía el campo de cultivo para reflexiones más o menos trascendentales sobre la condición humana, Estado eléctrico es el nuevo artilugio tecnológico de Netflix para un entretenimiento familiar tan aparatoso como poco recomendable. Sus directores, los hermanos Arthur y Joe Russo se han curtido en la comedia (Bienvenidos a Collinwood, Tú, yo y ahora… Dupree) y en el universo Marvel con varias entregas del Capitán América y Los vengadores. Ahora, intentan combinar ambas facetas de forma tan artificiosa como desigual con este viaje a un pasado reciente pero distópico en el que los robots se han rebelado contra la tiranía humana que los esclaviza, para dar paso a una nueva tecnología que facilita a la humanidad abstraerse de los problemas de la realidad mediante el refugio en la realidad virtual.
En este contexto una joven traumatizada por la pérdida de su familia, busca junto a un par de simpáticos robots y un rebelde de la carretera, un Chris Pratt que repite el carácter que tanto rédito le ha dado en Los guardianes de la galaxia, a su hermano súper inteligente, en manos quizás de un magnate de los negocios que bajo la apariencia de bonhomía, pacifismo y búsqueda de la felicidad humana, esconde perversos instintos y objetivos, como suele ser habitual en este tipo de productos. La cinta acaba así repitiendo esquemas, abandonándose a una vorágine de violencia y destrucción que acaba por solapar cualquier atisbo educativo o ejemplarizante.
De esta forma, el film termina por naufragar, convirtiéndose en una suerte de Transformers en el que ni un conjunto de simpáticos personajes animados, ni la imponente factura ni su excelente reparto, ante la cámara o prestando simplemente su voz, logran hacer más digerible. Para colmo, su narrativa resulta farragosa, mientras la trama va perdiendo interés de forma paulatina e inevitable, derivando todo en un despropósito descomunal.
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