Guión y dirección Isaki Lacuesta Fotografía Diego Dussuel y Marc Gómez del Moral Música Albert Pla Intérpretes Raúl Arévalo, Imanol Arias, Bruno Bergonzini, Álex Brendemühl, José Coronado, Eduard Fernández, Ariadna Gil, Bárbara Lennie, Sergi López, Carmen Machi, Ángela Molina, Álex Monner, Albert Pla, Josep María Pou, Pau Riba, José Sacristán, Jaume Sisa, Emma Suárez, Iván Telefunken, Luis Tosar, Jordi Vilches, Julián Villagrán Estreno 24 abril 2015
Premio Fipresci en San Sebastián por Los condenados y Concha de Oro por Los pasos dobles, la filmografía de Isaki Lacuesta, fundamentalmente integrada por cortos y documentales, se ha caracterizado por un aire experimental que hacía difícil adivinar que fuera a derivar en un producto en principio de carácter tan comercial como esta comedia satírica sobre la crisis económica en nuestro país. Su reparto multiestelar y el aire provocador y gamberro que destilaba a priori hacían pensar que se trataría de un nuevo acercamiento a tan espinoso y trágico tema desde el modelo cómico rancio que tan buenos dividendos dio en la pasada dictadura cuando de hablar de emigración, por ejemplo, se trataba. Afortunadamente no es ese el tono elegido por tan carismático realizador; en lugar de la astracanada, Lacuesta propone un esperpento, que al fin y al cabo es un género digno muy relacionado con la cultura española. Provocadora desde luego lo es, desde el momento en que sus protagonistas encabezan un movimiento terrorista para acabar con la oligarquía imperante en nuestra sociedad. Cinco ciudadanos corrientes a los que la crisis ha hundido en la miseria y abocado al crimen, diseñan desde sus celdas en un psiquiátrico un plan para secuestrar al Presidente del Banco Nacional y ajustar cuentas con él y su política financiera. Hay desmadre, pero controlado, pero quizás falte mala leche, si bien se agradecen sus posturas y postulados y, sobre todo, sus argumentaciones en torno a causas y efectos de este mal endemoniado que nos acucia. En el fondo se atisba un aliento tristón en el que quedan atrapados muchos de los personajes que aparecen en el film. Un ritmo acertado y una digna puesta en escena contribuyen a que no sólo el reparto constituya su principal aliciente. Mientras el personaje que interpreta José Sacristán responsabiliza de nuestros males al hecho de que seamos españoles, el de Álex Brendemühl exige que se publiquen las listas de los amnistiados fiscales y Raúl Arévalo critica que el movimiento 15-M surgiera en primavera; por su parte, Josep Mª Pou da por perdida la partida y asume la responsabilidad de una clase política y económica imparable e inevitable. El conjunto puede resultar indigesto en su acumulación y en la predisposición a no llegar a ninguna parte, pero entre cameo y cameo uno sólo se pregunta si podría haberse hecho mejor y con un mayor grado de incisividad y tono épico. Presentada en San Sebastián y proyectada fuera de concurso en la sección oficial del Festival de Málaga.
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