Concierto de la Fundación Barenboim-Said. Abraham Garzón y José Manuel García, saxofones. Sonia Mendoza, piano. Programa: Trío Homenaje a Falla, de Poulenc; Rumanische Melodie, de Bruch; Lovers on the Celestial Sphere, de Nagao; Tequila Saxiana, de Calleja; Trío, de Rota. Capilla del Palacio de San Telmo, viernes 27 de noviembre de 2015
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De izquierda a derecha: Garzón, Mendoza y García |
Tres jóvenes de Sevilla conforman el conjunto Zaffire, una combinación de metales y piano volcados en la promoción y divulgación de la música compuesta expresamente o arreglada para saxofón, cuya formación entre clásica y jazzística les confiere autoridad para abordar programas muy completos al respecto, como demostraron en ésta y otras ocasiones en las que han tocado aquí o en otras ciudades de la geografía española desde que se fundaron hace dos años. El lugar escogido para la que posiblemente haya sido su cita más importante hasta la fecha, al estar auspiciada por la Fundación Barenboim-Said en conmemoración del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, fue la emblemática y hermosísisma capilla del Palacio de San Telmo. Allí, donde el altar está presidido por la Virgen que dió nombre a la ciudad que vio nacer al maestro bonaerense, hicieron las delicias de un público informado y respetuoso.
Lástima que la acústica del lugar no fuera la más indicada para estos instrumentos, cuya potencia y desmesurado volumen se vieron afectados hasta el punto de dispersarse y distorsionar en puntuales ocasiones.
Con arreglos de ellos mismos, el Trío para piano, oboe y fagot de Poulenc sonó a veces estridente, pero los músicos supieron plasmar sus aires neoclásicos, simples y equilibrados, limando incluso el estilo rapsódico y jazzístico en la zona central del presto inicial, aunque el dominio original del piano se perdió en este particular arreglo. Mejor aún resultó un enérgico, casi espasmódico Trío para clarinete, cello y piano de Nino Rota, con un allegrissimo circense que los intérpretes ejecutaron con brillantez técnica y sobrada expresividad. La íntima Melodía rumana de Bruch sonó apropiadamente melancólica.
En el apartado de piezas originalmente concebidas para esta combinación de instrumentos, destacó una contenida y muy lírica interpretación de la obra new age, al estilo romántico de Hisaishi, del compositor también japonés Jun Nagao, Lovers on the Celestial Sphere, que recrea el amor imposible de dos estrellas de carácter mitológico, y que Garzón y García convirtieron en un elegante diálogo entre el saxo tenor y el soprano, salvando con maestría sus complejas cadencias ante la atenta complicidad de la pianista. Los tintes minimalistas, folclóricos y rockeros de Tequila Saxiana, del compositor mejicano Jorge Calleja, encontraron en el trío una respuesta vigorosa y sin fisuras.
Artículo publicado en
El Correo de Andalucía
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