Dirección Jacques Audiard Guión Jacques Audiard, Thomas Bidegain y Noé Debré Fotografía Éponine Momenceau Música Nicolas Jaar Intérpretes Jesuthasan Antonythasan, Kalieaswari Srinivasan, Claudine Viansithamby, Vincent Rottiers, Faouzi Bensaïdi, Marc Zinga, Franck Falise Estreno en el Festival de Cannes 21 mayo 2015; en Francia 26 agosto 2015; en España 6 noviembre 2015
El protagonista de esta película huye de la guerra civil en Sri Lanka, donde parece ser ha tenido una participación muy activa. Para facilitar su admisión en Francia y emprender allí una nueva vida se inventa una familia con una mujer y una niña a las que no conoce ni se conocen entre ellas. Su nueva vida en un barrio conflictivo de alguna ciudad francesa, marcado por las luchas entre grupos de narcotraficantes, le demostrará que las cosas tampoco son fáciles en este lado del planeta. Jacques Audiard ha construido una filmografía ejemplar desde Un héroe muy discreto a De óxido y hueso pasando por De latir mi corazón se ha parado y Un profeta, quizás por eso más que nada ha logrado ahora su Palma de Oro en Cannes, con una película que no está entre lo más conseguido de su autor pero que cuenta con muy importantes bazas. Parece que nos esté ofreciendo un cuento, clásico con todos los ingredientes. Hay príncipe exótico curtido en las artes de la lucha y la defensa, una princesa que se resiste y se siente más atraída por el malo de la función, y un dragón con el que luchar para rescatar a su princesa de lo alto de la torre. Hay además un mensaje con moraleja y final feliz en el que el sufrido protagonista hará el bien con su maña e ingenio a la comunidad, marcando así un carácter bondadoso y generoso que deberá tener su recompensa. Audiard trata todo este sensible material, en el que la actualidad hace presencia a través del problema de los refugiados, la inmigración ilegal y la falta de oportunidades en una sistema que se jacta de ofrecerlas todas, con tacto y rectitud, aunque a veces el ritmo y la fuerza decaigan; mientras los giros de guión, a veces de dudosa credibilidad pero solvente conveniencia, se aceptan y perdonan por su contribución a hacer de ésta una fantasía romántica, dura e impactante pero a la vez amable y definitivamente ingenua.
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