USA 2018 116 min.
Dirección Robert Zemeckis Guión Caroline Thompson y Robert Zemeckis Fotografía C. Kim Miles Música Alan Silvestri Intérpretes Steve Carell, Leslie Mann, Diane Kruger, Merritt Weaver, Eiza González, Janelle Monáe, Leslie Zemeckis, Gwendoline Christie, Stefanie von Pfetten, Neil Jackson Estreno en Estados Unidos 21 diciembre 2018; en España 1 marzo 2019
Si por algo se caracteriza el cine de Robert Zemeckis es por experimentar nuevas formas audiovisuales que de alguna manera revolucionen el lenguaje cinematográfico. Regreso al futuro supuso ese revulsivo en las películas de viajes en el tiempo, incluida una laberíntica trama argumental que se perpetuó exitosamente en sus dos entregas posteriores. Con ¿Quién engañó a Roger Rabbit? logró combinar imagen real y animación como nunca antes se había conseguido, haciendo que ambos mundos convivieran milagrosamente. La muerte os sienta tan bien exploró los nuevos efectos visuales de la era digital inaugurada con el Terminator 2 de James Cameron, para adaptarlos a archiconocidos intérpretes en una divertida y disparatada comedia negra. Y con Polar Express, Beowulf y Cuento de Navidad llegó más lejos que nadie en la técnica del motion caption. Podemos considerar Bienvenidos a Marwen otra cota en su incansable búsqueda de nuevas sensaciones visuales, esta vez convirtiendo a sus actores y actrices en geypermen y barbies que representan la torturada vida que habita en el interior de la mente de una víctima de un bestial ataque de odio. La cinta está basada en la historia real de Mark Hogencamp, que construyó en su jardín una reproducción de un pueblo belga asediado por los nazis en plena Segunda Guerra Mundial, y fotografió cada episodio que reproducía desde su mente para, tras ser descubierto, protagonizar un sinfín de exposiciones a lo largo y ancho de Norteamérica, todo ello como terapia para superar un coma que le hizo perder la memoria, como consecuencia de una brutal paliza de carácter homófobo. Un argumento que ya fue objeto en 2010 de un documental titulado Marwencol. Sus heroínas son mujeres, lideradas por él mismo, en una suerte de woman power que algunos han saludado como machismo por presentarlas bellas y seductoras. Un universo interior que el protagonista traduce en sus particulares batallas y que Zemeckis trata con delicadeza y amabilidad, sin cargar las tintas ni resultar demasiado dulzón ni melodramático, gracias también al buen trabajo actoral desplegado por su amplio y generoso reparto. Sin ser de lo mejor de su director, cumple como entretenimiento y emotivo alegato antiviolencia, empodera a la mujer y lanza una proclama a favor de la diferencia y el respeto a lo distinto y lo desconocido, siempre desde una vertiente afable y discreta, con resultados estimables. Extiende además su temática al retrato de unos seres solitarios que lidian con su condición y tratan de ponerle remedio antes de entenderla. De hecho ni siquiera sus numerosas secuencias de acción resultan agresivas ni hirientes, a pesar del incesante intercambio de disparos y explosiones. El logro cosechado en cuanto a la conversión de las actrices y actores en muñecos es ciertamente sobresaliente, siendo Diane Kruger la única que sólo disfrutamos en su vertiente animada.
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