sábado, 23 de marzo de 2019

FSO COMPLETA UN BRILLANTE HOMENAJE A JOHN WILLIAMS

Concierto de Música de Cine de la Film Symphony Orchestra. Constantino Martínez-Orts, dirección. Programa: Especial John Williams Programa 2 (Fanfarria Olímpica y Tema, Caballo de batalla, Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal, Memorias de una geisha, Encuentros en la tercera fase, Munich, El patriota, E.T., Parque Jurásico, La batalla de Midway, Las cenizas de Ángela, El violinista en el tejado, JFK, Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio, La terminal, Las brujas de Eastwick, En busca del arca perdida, La guerra de las galaxias). Auditorio FIBES, viernes 22 de marzo de 2019

Constantino Martínez-Ors y su icónico atuendo frente a la
valenciana Film Symphony Orchestra
Williams acaba de cumplir ochenta y siete años y son otros quienes rescatan sus piezas de concierto para ofrecerlas al público, generalmente suites y temas preparados por él mismo para ser interpretadas por la Boston Pops bajo su batuta. Le gusta rodearse de los mejores y más afamados, y si ha elegido a Perlman o Yo-Yo Ma para sus conciertos e intervenciones solistas en bandas sonoras, es desde hace unos años Dudamel quien se ha convertido en depositario de toda su confianza para dirigir integrales de su obra, fundamentalmente en ese Disney Hall con forma de Museo Guggenheim. Testimonio de esa buena alianza es el espléndido disco que el venezolano acaba de sacar al mercado junto a la Filarmónica de Los Angeles, con una impecable calidad de sonido y una depuración técnica y emocional en la dirección poco parangonable a todo lo grabado con anterioridad. Pero opta por las piezas más populares del autor de Tiburón y Superman, mientras el valenciano Martínez-Orts no se conforma con eso y las combina con otras menos transitadas en salas de concierto, generando así una idea bastante completa del estilo y la evolución del compositor.

El muy ovacionado Manuel Serrano es una promesa
segura con una carrera ya consistente a sus espaldas
La Film Symphony Orchestra se ha ganado un merecido hueco en la agenda del melómano cinéfilo, cubriendo esa cuota que el aficionado tanto demanda y al que acude fiel y entusiasmado. Pero no contentos con cubrir esa necesidad frente a un público que lo perdona todo con tal de escuchar a sus ídolos en una sala de conciertos, han ido progresando considerablemente a lo largo de su ya dilatada carrera, y alcanzando unos muy dignos niveles de calidad. Tiene mucho mérito porque sus integrantes son en su mayoría muy jóvenes y porque contagian con su entusiasmo a una platea que siempre sale satisfecha y entusiasmada. Lástima que en Sevilla se sirva a través de la amplificación, lo que resta relieve, apelmaza sus calidades y dota al conjunto de un exagerado sonido metálico, mientras por el contrario multiplica su sentido de la espectacularidad. Martínez-Orts la dirige con energía, a veces demasiada, sacrificando lirismo y erosionando calidades y líneas melódicas, pero no cabe duda de que hace en general un trabajo brillante y cumple con lo que se espera, una exhibición de respeto y admiración por el idolatrado compositor hollywoodiense. Se rodea además de jóvenes talentos de la talla de Manuel Serrano, que al violín ofreció un Violinista en el tejado, del que Williams fue adaptador musical y diseñó la suite interpretada, de sonido depurado y bellísimas ornamentaciones, tan sensibles como magníficamente articuladas. Otro solo, esta vez el clarinete de Carlos López, logró elevar por encima de lo aceptable una interpretación llena de ironía y desparpajo del tema de Victor Navorski de La terminal. También la violonchelista Rocío Fuentes logró insuflar de lirismo sus solos en el Vals del Presidente de Memorias de una geisha, aunque perdió puntualmente el ritmo y no alcanzó la necesaria compenetración y diálogo con el violín de Serrano.

El recorrido se inició con unas vibrantes fanfarrias olímpicas compuestas para Los Angeles 1984, en las que brillaron unos muy sintonizados y equilibrados metales, y continuó con el lirismo noble y exacerbado de Caballo de batalla y las enérgicas aventuras de Mutt de la última entrega de Indiana Jones. Constatamos que la famosa suite de Encuentros en la tercera fase ha perdido sus dos minutos centrales, tal como la ha grabado también Dudamel, para adaptarse mejor a la versión original de la película y no a la edición especial que Spielberg lanzó tres años después de su estreno. Y comprobamos también que a Martínez-Orts se le va la mano cuando acelera en piezas como la Oración por la Paz de Munich. Eso mismo le beneficia cuando ofrece versiones vibrantes de la Danza diabólica de Las brujas de Eastwick o el Hornpipe de El patriota. La majestuosidad de Williams estuvo bien representada con Los hombres de Yorktown de La batalla de Midway y la pompa del Salón del trono de La guerra de las galaxias. De nuevo un espléndido solo de trompeta de Javier González Iglesias se adueñó de un atinado prólogo de JFK, mientras Bauti Carmena realizó un emotivo y sensible trabajo al piano que sirvió para introducir toda la melancolía que impregna la partitura de Las cenizas de Ángela. Con su ya emblemática versión sinfónica de Cantina Band despidieron a un público que disfrutó con la música, las desprejuiciadas y verborreicas explicaciones del director entertainer y su particular y entrañable obsesión por los Oscar. Hoy repiten en el Villamarta de Jerez.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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