domingo, 31 de marzo de 2019

CONOCIENDO A ASTRID Ella baila sola

Título original: Unga Astrid
Suecia-Dinamarca 2018 123 min.
Dirección Pernille Fischer Christensen Guión Kim Fupz Aakeson y Pernille Fischer Christensen Fotografía Erik Molberg Hansen Música Nicklas Schmidt Intérpretes Alba August, Trine Dyrholm, Henrik Rafaelsen, Björn Gustafsson, Marius Damslev, Willy Ramnek Petri, Liv LeMoyne, Sofia Karemyr, Mira Mitchell, Maria Alm Norell, Eric Ericson Estreno en el Festival de Berlín 21 febrero 2018; en Suecia 14 septiembre 2019; en España 29 marzo 2019

Flaco favor hace a esta película su tráiler promocional, de donde se desprende un clásico y académico biopic de hechuras televisivas y aroma americanizado sobre la famosa autora de Pippi Calzaslargas. Sin embargo nada más lejos de la realidad; se trata de un emotivo y perfectamente articulado melodrama sobre una mujer singular, de esas que resulta imprescindible hablar y potenciar cuando de seguir luchando por la igualdad de género se trata, y vaya sin queda lucha por hacer. Todavía hay tanta gente que aboga por los intereses creados y el conservadurismo más acérrimo, incluso entre quienes se creen más progresistas, en temas tan relevantes como el lenguaje o la vestimenta, que recordar lo que algunas hicieron, voluntaria o involuntariamente, por la igualdad entre hombres y mujeres, o simplemente por los derechos de ellas, resulta no solo necesario sino imprescindible. Astrid Ericsson, antes de convertirse en Lindgren por matrimonio, creció en un ambiente rural de fuerte componente religioso, que ¿cómo no? resultó también notablemente castrante. Pero exhibió siempre un espíritu de libertad, rebeldía e inconformismo que sirvió, aunque fuera con carácter involuntario, para acentuar la verdadera naturaleza de un género oprimido y obediente (en una secuencia muy sintomática una travesura deja de serlo a ojos de la madre cuando el padre la secunda), y que logró plasmar en sus cuentos y personajes, para deleite de adultos y jóvenes y beneficio de una educación más plural y justa. El ejemplo más relevante es Pippi Lângstrump, aquí bautizada como Pippi Calzaslargas, que más allá de sus divertidas e icónicas aventuras, travesuras sin violencia doliente, abrió mentes de forma más o menos inconsciente, y también de alguna manera puertas a una sociedad más justa y equilibrada, claro está en la medida de sus humildes posibilidades. En una singular secuencia de esta sobria y estupendamente edificada película, Astrid baila un furioso charlestón sola en un salón atestado de parejas heterosexuales, en lo que se revela como toda una declaración de principios y viene a servir como metáfora de todo un melodrama centrado en sus años jóvenes, cuando siendo aún una adolescente, se quedó embarazada de su jefe y amante y tuvo que abandonar temporalmente a su bebé en manos de una bienhechora danesa, una estupenda Tryne Dyrholm (Celebración, Todo lo que necesitas es amor) en un papel también muy sintomático para las reivindicaciones feministas que tan sutilmente esgrime Permille Fischer Christensen en su delicada dirección y su hábil guión. Deliciosa en su puesta en escena, su magnífica interpretación, especialmente la joven pero experimentada Alba August en el rol central, y su bienintencionado mensaje, si se tratara de un producto americano diríamos que deja preparado el terreno para una segunda parte centrada en su creatividad y vida familiar. La recibiríamos de muy buen gusto.

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