USA 2019 120 min.
Guion y dirección Jordan Peele Fotografía Mike Gioulakis Música Michael Abels Intérpretes Lupita Nyong’o, Winston Duke, Shahadi Wright Joseph, Evan Alex, Elisabeth Moss, Tim Heidecker, Cali Sheldon, Noelle Sheldon, Madison Curry, Yahya Abdul-Mateen II, Anna Diop Estreno en Estados Unidos y España 22 marzo 2019
Jordan Peele saltó a la fama hace un par de temporadas con Déjame salir, un producto de terror que fue saludado de forma entusiasta por la supuesta originalidad e ingenio con el que utilizaba el género para hacer una metáfora del racismo en su país. Algo así como lo que suele hacer Shyamalan, construir historias de inquietud y suspense con el fin de reflejar cuestiones de mayor trascendencia política y social, sólo que el realizador de Señales lo hace mejor. A Peele le queda grande la bendición que ha recibido de crítica e industria. Por ejemplo, en Nosotros plantea una suerte de apocalipsis liderado por una cita bíblica, Jeremías 11:11, que viene a maldecir a hombres y mujeres con una calamidad de la que resulta imposible escapar y frente a la que Dios hará oídos sordos. Lástima que Peele crea ser novedoso cuando su calamidad se parece a la invasión de los ultracuerpos, éstos se manejan con tanta torpeza como los sempiternos zombies de manual, y la ocasión de enfrentarnos a una versión perversa de nosotros mismos se diluya ante un tratamiento en el que prima la violencia más radical y expresa, incluida la ejercida por los niños, lo que no puede resultar más infame, frente a la más inquietante insinuación. Peele se recrea en situaciones que terminan por resultar reiterativas, mientras una vez más solo los caprichos del guion justifican el devenir de los acontecimientos, y sobre todo la facilidad con la que unos personajes se enfrentan a su fin frente a la resistencia de otros, unos pocos. Tan decepcionantemente convencional frente a lo que se prometía y su impactante prólogo hacía presagiar, la posibilidad de que un ejército de humanos calcados regenere una sociedad enferma e injusta, no encuentra en el ejercicio sanguinolento de su sobrevalorado director la horma de su zapato. Tanto contenido teológico además molesta.
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