jueves, 17 de octubre de 2019

GÉMINIS Un prodigio tecnológico, lo que no es poco

Título original: Gemini Man
USA-China 2019 117 min.
Dirección Ang Lee Guion David Benioff, Billy Ray y Darren Lemke Fotografía Dion Beebe Música Lorne Balfe Intérpretes Will Smith, Mary Elizabeth Winstead, Clive Owen, Benedict Wong, Linda Emond, Douglas Hodge, Ralph Brown, Ilia Volok, E.J. Bonilla, Victor Hugo, David Shae, Theodora Miranne Nervión Plaza 3D (miércoles 16) Estreno en estados Unidos y España 11 octubre 2019

La última película de Ang Lee es un milagro tecnológico que a buen seguro será un precedente en una nueva concepción de hacer cine. No cabe duda de que éste y no un guión cuya elaboración parece remontarse a hace algunos años, y cuyo resultado es lo más parecido a un desastre en cuanto a narrativa e interés, es el motivo que ha llevado al director de Tigre y dragón y Sentido y sensibilidad a perpetrar este irregular guiso.
 
Su manejo de la tridimensionalidad, felizmente resuelto en La vida de Pi, y de la tecnología 4K ya asumida en su anterior film, Billy Lynn, se combinan en este film en el que un personaje es recreado enteramente con tecnología digital sin que se note su irrealidad. De esta forma confluyen en pantalla dos Will Smith, el actual y el que debutó en El Príncipe de Bel Air, interactuando como si nada y sometiéndose a luchas tan espectaculares como la que protagonizan en moto a través de las calles y plazas de Cartagena en Colombia. Un alarde virtuoso de imagen y sonido que se percibe en cada fotograma, en la nitidez extrema de su imagen y en el ambiente fantasmagórico que tanta perfección irradia.
 
Su argumento, mil veces visto en variantes protagonizadas por Tom Cruise o Matt Damon, y con reminiscencias a aquel Looper con Bruce Willis y Joseph Gordon-Levitt interpretando el mismo papel, con mejores resultados narrativos, se convierte así en lo de menos, primando un acabado formal tan radiante que merece su visionado por encima de cualquier otra consideración, y que Lee maneja con la maestría de la que solo un grande es capaz. Claro que no deja de ser una pena que no se redondease y se acaben de perfilar las cuestiones sobre violencia e identidad que su guión pone sobre la mesa y podrían haber sido objeto de un análisis inteligente, lo que no ha ocurrido.

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