Dirección Jordi Frades Guión José Luis Martín Fotografía Raimon Lorda Música Federico Jusid Intérpretes Rodolfo Sancho, Irene Escolar, Raúl Mérida, Eusebio Poncela, Ramón Madaula, Jordi Díaz, Fernando Guillén Cuervo, Jacobo Dicenta, Úrsula Corberó, José Coronado, Silvia Alonso, Pedro Mari Sánchez, Ramón Barea, Jesús Noguero Estreno 19 febrero 2016
No suelo ver series de televisión, a pesar de la opinión generalizada de que el mejor cine hoy se sirve en la ya no tan pequeña pantalla. Exige mucho tiempo, constancia y dedicación; pero las pocas veces que sentí curiosidad vía zapping de ver Isabel constaté que se trataba de una serie anquilosada y acartonada más cerca de nuestra tradición teatral también aplicada al cine desde antaño, que al festín estético y visual de series como Los Tudor y Juego de tronos. Este puente entre Isabel y Carlos Rey Emperador que es la archiconocida crónica de Juana la Loca y el vacío de poder al que se enfrentó la corona unificadora de Castilla y Aragón tras la muerte de Isabel la Católica, se ha estrenado en cine, así que me he enfrentado a ella. Sólo para reafirmar que se trata de cine al más puro de eso que llamamos antiguo régimen, más cerca de Cifesa y Juan de Orduña que a la sofisticación visual y la modernidad narrativa del cine más actual. Pero si no paran de estrenarse cintas de alto contenido en catequesis, como esa sobre Pedro Poveda, sacerdote que tiene el mérito de promocionar a la mujer independiente, intelectual y trabajadora en el primer tercio del siglo XX, que se anuncia inminente. Hasta Irene Escolar, reciente Goya a la mejor actriz revelación por Un otoño sin Berlín, parece estar emulando a la histriónica Aurora Bautista que interpretó al personaje en la insoportable Locura de amor. Si de lo que se trata es de aprender un poco de historia, mejor revisar los libros de texto de cuando estudiábamos en el colegio o el instituto (algunos y algunas los conservamos) que acercarse a esta producción en la que un sinfín de innecesarios personajes no hacen sino enmarañar la intriga, y un guión jurásico en el que las frases se dicen por turno, sin naturalidad ni apenas lógica, elimina toda posibilidad de enganche con la gravedad de las situaciones que se están narrando, perdiéndose incluso la oportunidad de analizar con juicio crítico aquel episodio con el que hoy vivimos en un país eternamente dividido en el que buitres sin escrúpulos continúan queriendo repartirse el pastel, generalmente económico, en el que han convertido el gobierno de nuestras voluntades. Mal interpretada, acartonada entre escenarios, vestuarios, maquillajes y peluquerías impolutos, pésimamente montada a fuerza de brevísimas secuencias, y otras ridiculeces entre las que destacamos a ese Felipe el Hermoso, pésimo Rául Mérida por guapo que sea, muerto pero respirando... Ni la rutinaria dirección de Jordi Frandes, curtido en series de Televisión Española como La señóra, La república o la mismísima Isabel, ni la omnipresente y enfática música de Federico Jusid ayudan, más bien contribuyen a que esto sea ¡un horror absoluto! Que la mayor parte de la crítica oficial de este país la haya bendecido da mucho que pensar.
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