Guión y dirección Raoul Peck, según el libro de James Baldwin Fotografía Henry Adebonojo, Bill Ross IV y Turner Ross Narrador (en V.O.) Samuel L. Jackson Documental Estreno en el Festival de Toronto 10 septiembre 2016; en Estados Unidos 17 febrero 2017; en España 7 abril 2017
Haitiano de nacimiento, Raoul Peck se ha propuesto con este interesante documental completar la obra inacabada del pensador afroamericano James Baldwin, personaje incómodo donde se precie por su doble condición de activista antirracista y homosexual, que cultivó una línea de pensamiento bastante diferente a la seguida por sus contemporáneos Medgar Evers, Malcolm X y Martin Luther King, los tres asesinados y objeto del análisis sobre el movimiento de liberación afroamericano que supone esta película y el libro en el que se basa. Muy concienciado por esta problemática en Estados Unidos como en el resto del mundo, Peck ha llevado ya el tema a la gran pantalla en varias ocasiones, en documentales y ficciones, especialmente la figura de Lumumba, primer jefe de gobierno del Congo independiente. Con esta producción americana realiza una ingente labor de recopilación de material de archivo, de lejos lo mejor de la película, mientras su discurso queda algo velado por la complejidad de las declaraciones del homenajeado, quizás malogradas en parte por una traducción demasiado dispersa, urgente y si se quiere incluso literal. Consciente del público cinéfilo al que van dirigidas este tipo de propuestas, Peck no duda en echar mano de un buen puñado de secuencias cinematográficas para ilustrar la época y el pensamiento popular de esa América en la que vivieron estos mártires y su documentalista, añadiendo atractivo al proyecto. No se puede decir lo mismo de los exhibidores en Sevilla, que han debido creer que en Semana Santa las salas de cine se llenan en todas las sesiones (craso error con las calles llenas de procesiones) y nos han ahorrado a los cinéfilos la versión original, con lo que el reclamo de estar narrada por Samuel L. Jackson aquí pierde todo su valor; en todo caso hay que conformarse con su doblador habitual, Miguel Ángel Jenner. La idea de un marginado que no debe sentirse víctima sino impulsor en cierta manera de la situación generada, deambula sobre gran parte del metraje, convirtiéndose en su línea de trabajo principal, lo que da al conjunto un aire novedoso y fresco. Estuvo nominado al Oscar.
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